En Gracias, Lempira, siguen su vida y dejan que la justicia se encargue del expresidente Juan Orlando Hernández

GRACIAS, HONDURAS.- En una mano sostiene el arco y la flecha, con la otra se cubre la vista para vigilar las montañas de la tierra que defendió como todo un guerrero hasta la muerte.

El indómito Indio Lempira hoy amaneció como siempre: erguido e inmóvil en la plaza central de Gracias, Lempira, sin poder hacer nada por uno de los hijos de esa tierra, el expresidente Juan Orlando Hernández.

La noche del miércoles 16 de marzo, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) concedió la extradición hacia Estados Unidos del abogado, del presidente, del líder, del patrón, como lo conocen en su pueblo natal.

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El sentimiento de los gracianos es encontrado. “No se puede hacer leña del árbol caído”, expresó el comerciante Marco Bautista, al tiempo de reflexionar que Hernández Alvarado si cometió los delitos debe responder por ellos, “que se haga justicia”.

EL HERALDO Plus llegó a Gracias, Lempira, donde la gente desde sus casas pasa a la expectativa de las noticias para enterarse cuál será el futuro del hombre que vieron crecer desde cipote y que ahora es señalado por fiscales y agentes de la DEA de Estados Unidos como uno de los narcotraficantes más poderoso y famosos de Honduras.

El pueblo natal del exmandatario se ubica a más de 260 kilómetros de Tegucigalpa, está rodeado de poblaciones lencas, con gente laboriosa y emprendedora, pero pocos se atreven a comentar sobre la vida de quién los representó por más de 20 años en diferentes cargos en el gobierno.

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Los vendedores ofrecen pan de casa, frutas, refrescos, café y golosinas, “uno debe hacer lo que tiene que hacer para sobrevivir”, expresó de forma inocente el campesino José Gómez, a manera de parafrasear una de las expresiones más conocidas del exmandatario.

En la alcaldía del pueblo se han llamado al silencio, no quieren opinar por miedo, pues aseguran que todavía existe una red activa de personas vinculadas al narcotráfico en la zona.

“Las paredes escuchan y en la nueva administración hemos ido recuperando el control de la alcaldía, porque tenían una red de monitoreo con cámaras de seguridad”, manifestó un trabajador que prefirió no ser identificado.

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El hotel La Posada de Don Juan, uno de los negocios más conocidos de la familia Hernández, permanece resguardado por agentes policiales en la entrada.

“Muchas personas que venían para el hotel, se han ido a otro lado”, contó un cercano al negocio.

Las autoridades de la nueva municipalidad, que le quitaron el poder a los nacionalistas como parte de una alianza, afirmaron que trabajan en un proceso de transición y mejor se mantienen al margen de todo lo que está vivienda la familia del exmandatario.

Una mototaxi se paró frente al negocio de pan de casa de doña Locaria Sarmiento, lo abordamos, pero el conductor -que también se llama Juan- dijo que mejor prefería no comentar, lo mejor es tener cuidado en este momento.

En Gracias todos están a la expectativa de la salida del expresidente, nadie se pronuncia ni a favor ni en contra, la vida sigue normal, sin novedades, no hay protestas, misas o jornadas de oración como sucede en capital.

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