Vistiendo como reo, así llegó Juan Orlando Hernández a su segunda audiencia
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El expresidente Juan Orlando Hernández Alvarado acudió este martes ante el juez Kevin Castel, en su segunda audiencia, a quien le respondió: “no culpable, su señoría”, al ser interrogado sobre cómo se declaraba ante los cargos que se le imputan.
Vestido con pantalón y camisa azul marino de manga corta y por debajo una camiseta y zapatillas de color naranja, el color de los presos en las cárceles estadounidenses, Juan Orlando Hernández, que fue extraditado a Estados Unidos el pasado 21 de abril, parecía relajado.
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Al entrar a la sala de la audiencia, se dirigió al numeroso público que se encontraba en la sala e hizo un breve saludo llevándose la mano al corazón. Ello no evitó que al término de su comparecencia se oyeran algunos insultos del público que lo llamaron “Rata”, “Asesino”, “¡A arrepentirse, Juan Orlando!”.
Aunque no son permitidas las cámaras o teléfonos en la sala de la Corte del juez Castel, el acceso a las personas no estaba restringido, por lo que un buen grupo ingresó para presenciar el evento.
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Tras la cita, quedó definida la fecha de la próxima audiencia prevista para el 28 de septiembre y en la misma se definirá la fecha del juicio, que previsiblemente se iniciará a principios del año próximo con la constitución del jurado que con su fallo sellará el futuro del exmandatario.
Según la fiscalía estadounidense, Hernández habría ayudado a introducir 500 toneladas de cocaína en Estados Unidos entre 2004 y 2022.
Según la acusación, el dinero de la droga le sirvió para enriquecerse y “financiar su campaña política y cometer fraude electoral” en los comicios presidenciales de 2013 y 2017.
La defensa espera contar con el testimonio de personas de la sucesivas administraciones estadounidenses, de Barack Obama y Donald Trump, con los que colaboró para extraditar a otros narcotraficantes que actualmente cumplen condenas en Estados Unidos.
El acusado, que llegó a jactarse de los elogios de Washington por la labor de su gobierno en la incautación de drogas y la lucha contra el crimen organizado, podría buscar llegar a algún acuerdo con la fiscalía para ver reducida su pena.
Pero la justicia estadounidense parece estar dispuesta a enviar un mensaje contundente, como ya lo hizo con su hermano “Tony”, con su colaborador Geovanny Fuentes Ramírez condenado a cadena perpetua, y con Fabio Lobo, hijo del expresidente hondureño Porfirio Lobo (2010-2014), que cumple 24 años de cárcel por el mismo delito.