Tony y Juan Orlando, dos hermanos que ostentaron lo más alto del poder político y terminaron extraditados

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- De ocupar la máxima posición que un hondureño puede ostentar dentro de la política, Juan Orlando Hernández recibió este lunes la ratificación de la Corte Suprema de Justicia para que sea extraditado, bien sea en las próximas horas o días. Pero él no es el único de la familia Hernández Alvarado que asumió un alto cargo y hoy enfrenta la justicia por delitos de narcotráfico, uno de los flagelos más violentos del crimen organizado en el mundo.

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Su hermano menor, Juan Antonio Hernández, más conocido como “Tony” ya guarda prisión en Estados Unidos cumpliendo una extensa condena, también por narcotráfico. El menor de los Hernández Alvarado fue diputado al Congreso Nacional y se proyectaba también a crecer políticamente hasta que la justicia norteamericana lo frenó.

Mientras uno fue señalado por ese país como “narcotraficante a gran escala”, el otro de participar en la conspiración para traficar hasta “500 mil kilos de cocaína” a ese país.

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La detención, juicio y condena de Tony

Atrás quedaron las exhibiciones en ferias y rodeos montando briosos caballos, la arrogancia que le dio el poder político, el dinero, el traje y la corbata para Tony cuando su aventura en el mundo del crimen organizado derrumbó el mundo de Tony Hernández, hermano menor del expresidente de Honduras.

Los señalamientos contra Tony, en medio de la reelección de su hermano en la presidencia, sacudieron al país y aunque JOH habló de que nadie estaba por encima de la ley, calificó su detención como una venganza.

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Las andanzas de Tony Hernández en el tráfico de drogas empezó a venirse abajo el 7 de octubre de 2016, cuando la Embajada de Estados Unidos anunció que investigaba a ocho personas por presuntos vínculos con actividades del narcotráfico y corrupción. El 25 de octubre de 2016, viajó a Miami, según él, a declarar voluntariamente ante las autoridades norteamericanas. Regresó por la noche muy sonriente, sin embargo el 23 de noviembre de 2018 fue capturado en Miami cuando confiado que todo había quedado aclarado volvió a aquel país.

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Finalmente, el jurado no dudó el 18 de octubre de 2019 en declararlo culpable de los delitos de conspirar para importar cocaína, posesión de armas y dispositivos destructivos, conspiración para posesión de arma y falso testimonio.

Tras dejar el poder, pedido en extradición

Solo dos semanas después de dejar el poder Estados Unidos procedió a solicitar la extradición del expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández (2014-2022). Estados Unidos lo acusa de participar en una conspiración que movió millones de dólares.

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El documento enviado por la Embajada de Estados Unidos a la Cancillería hondureña señala los delitos imputados al exgobernante: Conspiración para traficar una sustancia controlada a los Estados Unidos desde un lugar fuera del mismo, fabricar y distribuir una sustancia controlada con la intención y el conocimiento de que sería importada ilegalmente al país del norte. De igual manera, fabricar, distribuir y poseer con la intención y distribuir una sustancia controlada a bordo de una aeronave registrada en los Estados Unidos.

Un día después, JOH, como se le conoce popularmente, fue capturado en su casa de habitación y trasladado a las instalaciones de la Fuerza Nacional de Operaciones Especiales el 15 de febrero, sitio del que solo ha salido apenas para su audiencia de información y para recibir el fallo del juez Edwin Ortez.

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En medio de tuits, cadenas de oración, vigilias, denuncias ante el Comisionado de Derechos Humanos y cartas públicas, el exmandatario ha reiterado una y otra vez que es inocente y presa de una venganza orquestada por los capos que extraditó.

Los mismo narcos que lo han señalado en una corte de Nueva York como el hombre que les dio protección a cambio de sobres con miles de dólares.

Hernández figura ligado al cártel de Los Cachiros, el que en la última década ha controlado el negocio de la droga en Honduras.

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Dos de sus líderes, Geovanny Fuentes y Devis Leonel Rivera Maradiaga, quienes esperan sentencia tras ser declarados culpables por narcotráfico, con sus declaraciones han puesto al mandatario contra las cuerdas y ahora solo le resta esperar su juicio en Nueva York.