Violencia de grupos criminales demuestra poder y un desafío al gobierno de Honduras
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La indignación, impotencia y el miedo se apoderan cada vez más de una población que sufre en carne propia la violencia que generan los grupos criminales en el país.
El reciente hecho, donde cinco jóvenes, una pareja de esposos y tres amigos más fueron raptados y luego cuatro de ellos encontrados muertos en una zona montañosa de Tatumbla, hace que se generen fuertes cuestionamientos sobre las acciones de seguridad que se están aplicando.
Wilfredo Rubio, abogado penalista y criminalista, consideró que el rol de la Policía Nacional no fue preventivo.
“Por otra parte, estas estructuras criminales que actúan libre y abiertamente nos pueden mandar dos tipos de mensajes, uno es la confianza y el poder que tienen sobre sus territorios y otro es un desafío al gobierno. Estos creen que nunca va a ser descubiertos”, dijo Rubio.
A pesar de haber capturas, no se garantiza que este tipo de hechos no puedan volver a ocurrir, ya que las personas que son detenidas son desechables dentro de la red criminal de las maras y pandillas.
“Hay que replantearse todo, por una simple mudanza hacen este tipo de crímenes. Esto se llama móviles útiles y abyectos, o sea, que por cualquier cosa absurda una persona va a perder la vida, acá por nada y por todo pasan este tipo de crímenes”, agregó Rubio.
Recalcó que las muertes de estos jóvenes trascienden y que es un mensaje directo para el gobierno.
“Mientras no se definan las estrategias de persecución penal y criminal, y no se identifique al enemigo y los actores de la violencia, no se luchará bien”, puntualizó.
Agregó, que estos actos de violencia son considerados como terroristas, ya que están infligiendo un terror en la población hondureña.
Por su parte, el abogado y experto en seguridad, German Licona, dijo que hay una falencia y debilidad institucional en la lucha contra la delincuencia.
“Acá lo que estamos viendo es una afectación que va desde el derecho a la vida e integridad y el derecho a la propiedad, situaciones en las que hemos estado inmersos por el control social que tienen los grupos criminales organizados”, explicó Licona.
Con los secuestros y otros actos violentos perpetrados por los grupos criminales, maras y pandillas son acciones con el fin de tener el control social. “Esto hace ver a la institucionalidad como fracasada y más aún politizada, porque los resultados obedecen a intereses políticos”, dijo el experto.
Estos hechos reflejan que las medidas aplicadas desde hace varios meses no han tenido los resultados esperados, además se nota la ausencia de la prevención y la falta de inversión social.
“Las autoridades deben buscar mecanismos de cohesión con la población a fin de generar una confianza ciudadana y que este permita que las denuncias coadyuven a la efectividad de las operaciones policiales”, recomendó.
La muerte asecha a la población hondureña y se ha convertido en el diario vivir de muchas familias, pero otro brazo de la criminalidad que afecta es la desaparición de personas.
Migdonia Ayestas, directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), expresó que hay una disminución en las muertes violentas, pero que la desaparición de personas va en aumento.
Durante el presente año, según reportes de las autoridades de Seguridad, en el país van más de 200 desaparecidos y solo en junio se reportaron 30 desaparecidos, es decir, uno diario en promedio.
“Ya sea que, por los grupos de narcotráfico, las bandas criminales o las maras y pandillas rapten o priven de libertad a cinco, a diez o catorce personas y que posteriormente en algunos casos se encuentren muertos, es lamentable, porque no debería estar pasando esto. El control del territorio que los grupos criminales tienen en el país es lamentable”, enfatizó Ayestas.
Estas acciones violentas y que trae luto a las familias hondureñas dejan un mensaje de miedo, que afecta y conmociona a la sociedad, además de ver a Honduras como un país inseguro, agregó la experta.