¿Qué escenarios puede enfrentar Juan Orlando Hernández en su sentencia?
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La única opción que podría tener el expresidente Juan Orlando Hernández para salir con vida de prisión es obtener dos penas mínimas de obligatorio cumplimiento y recibir una cadena perpetua con parole (una figura similar a la libertad supervisada).
Hernández tiene 55 años de edad en la actualidad y la pena mínima que debería cumplir de forma obligatoria, si es que el juez así lo establece, sería de 40 años. Si, además, es beneficiado con un parole en la sentencia de cadena perpetua, saldría aproximadamente a los 95 años.
Cabe recordar que Hernández está expuesto a dos cadenas perpetuas sin parole, más una sentencia mínima de 30 años, por lo que de ser aplicadas por el juez Kevin Castel, de la Corte del Distrito Sur de Nueva York, nunca más volverá a ser libre.
Un experto en derecho penal de Estados Unidos explicó a EL HERALDO cuáles son los procedimientos y las alternativas que tiene el exmandatario para salir con vida de una prisión de Estados Unidos, una vez que sea sentenciado este miércoles 26 de junio.
Antes de brindar su dictamen, el juez revisará el reporte de presentencia, donde se incluyen las notas de los familiares, expresidentes, ministros, policías o de quienes puedan decir que el expresidente tuvo un comportamiento con moralidad.
En el caso de Hernández, varios familiares y amigos enviaron cartas al juez Castel como parte del informe de sentencia presentado por la defensa a la Corte donde propusieron 40 años de cárcel para el hondureño, aunque insistieron en su inocencia.
Hijas, hermanos y hermanas, amigos de escuela y hasta personas que trabajaron en su gabinete sostuvieron que nunca vieron acciones que no fueran para el beneficio del país y del pueblo hondureño, así que pidieron misericordia en la decisión de su sentencia.
En las cartas, muchos pidieron evaluar los pros y contras de Hernández durante su gestión, además sostuvieron que la falta de testigos en el proceso en su contra fue clave para que lo hallaron culpable, pues estos iban a demostrar su inocencia.
La opinión y la reputación de una persona expresadas por quienes lo conocieron pueden ser válidas al momento de la sentencia, porque el juez puede ser condescendiente con el imputado.
El informe de presentencia debe estar listo días antes de la audiencia y se le entrega al oficial de probación que está dentro de la Corte, donde además se informa sobre el comportamiento del expresidente dentro de la cárcel, dentro del juicio y cuando estuvo en libertad.
Cuando ya está finalizado se presentan tres copias: una al juez, una a la Fiscalía y otra a la defensa.
La Fiscalía puede proponer que por el comportamiento que el acusado tuvo se sentencie con cadena perpetua, mientras que la defensa, con todas las cartas y notas presentadas en el informe que dicen que fue un buen presidente y que tenía una buena reputación, puede solicitar una sentencia mínima.
En Estados Unidos existen sentencias que son mandatorias, establecidas en los estatutos de esta nación, es decir, que ya hay una pena mínima que se debe respetar y el juez no puede dar menos a los imputados.
Por el cargo de conspiración para importar cocaína a Estados Unidos, la pena mínima son diez años y la máxima de cadena perpetua, explicó el experto, pero ni el juez, ni la Fiscalía ni la defensa pueden solicitar o aplicar una pena menor a la establecida por los estatutos.
Igual pasa con el cargo de conspiración para poseer armas de fuego y dispositivo para el narcotráfico, ya existe una pena de cadena perpetua, mientras que por posesión de armas durante la conspiración de cocaína es de 30 años.
Para que el exmandatario pueda optar a tener alguna opción de salir en libertad debe existir una sentencia de cadena perpetua con parole, es decir, que le da la opción de libertad condicional pasados 25 años en prisión.
Si recibe dos cadenas perpetuas, ambas deben ser bajo la figura de parole, porque no tendrían sentido que solo se aplique a una.
Además, si el juez aprueba el parole, la sentencia también debe ser concurrente, porque así primero puede cumplir la primera sentencia mínima, que podría ser de diez años, luego la de los 30 y aplicar, finalmente, al parole.
Ante este escenario, el juez, al momento de dictar la sentencia, determinará si la cadena perpetua es con derecho a parole. Si no aplica a esta figura de libertad condicional o supervisada se quedará en prisión hasta que muera.
Sobre si podría tener reducción de pena por buen comportamiento, es un factor que depende de la prisión a donde lo manden, pero tampoco todos los delitos tienen esa ventaja. En el caso de los cargos de Hernández generalmente no aplica, tiene que cumplir día por día la sentencia.
Tampoco puede optar a la pulsera electrónica, como el expresidente Rafael Leonardo Callejas, ya que los delitos de Callejas estaban relacionados a lavado de activos y la defensa logró demostrar varios puntos que le permitieron ese beneficio.
En el caso de Hernández, no puede optar a ello, porque hay sentencias mandatorias de 10 y 30 años, que obligatoriamente debe cumplir en prisión.
La localidad dónde guardará prisión se decide, en primer lugar, adonde hay cupo. Esta decisión recae en el Buró Federal de Prisiones de Estados Unidos, no en el juez, pero puede ser en la máxima prisión de Colorado o Pensilvania por los delitos cometidos.
El Buró Federal de Prisiones puede escuchar la opinión de la defensa, solicitando que se le dé estadía en Miami, Florida, por la cercanía con sus familiares, o en Los Ángeles, donde también tiene parientes cercanos.
Un punto importante a tocar es que para determinar a dónde será enviado se toma en cuenta el tipo de delito por el que se halló culpable. En el caso del expresidente, la conspiración de cocaína es altamente grave para los estadounidenses.
También consideran la peligrosidad del delincuente. Sobre si Hernández podría optar a una cárcel de mínima seguridad, la opción podría ser tomada en cuenta si en el informe de presentencia se establece si era peligroso o no, si la gente tiene una buena opinión de él y el tipo de delito que cometió.
Por ejemplo, la penitenciaría de más alta seguridad en Estados Unidos es ADX Florence, Colorado, así que si el Buró Federal de Prisiones considera que el expresidente es altamente peligroso, lo pueden mandar a esas instalaciones, donde está el narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Luego de la sentencia viene la apelación, donde se revisan los alegatos y errores que se pudieron haber cometido durante el juicio y que pudieron haber afectado en el veredicto de culpabilidad que dio el jurado.
Por ejemplo, la falta de aplicación de una norma dentro del procedimiento, la utilización de una instrucción al jurado donde existió falso testimonios que el juez lo permitió, y que sin ese falso testimonio el jurado hubiera encontrado no culpable al acusado.
Con la apelación se puede optar a un nuevo juicio o a confirmar la sentencia de que no hubo ningún error durante el procedimiento, pero no se va a reducir la sentencia o dejarlo en libertad, explicó el experto.