Los bombardeos rusos desvanecen la esperanza de desescalada en Ucrania
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KIEV, UCRANIA.-Rusia afirmó el miércoles que no ve nada “prometedor” en las negociaciones de paz con Ucrania, que la acusó de bombardear la ciudad de Chernígov y un centro de la Cruz Roja en Mariúpol.
“Los ocupantes bombardearon deliberadamente un edificio del CICR (Comité Internacional de la Cruz Roja) en Mariúpol”, afirmó Liudmila Denisova, responsable de derechos humanos en el Parlamento ucraniano, sin disponer aún de informes sobre eventuales víctimas.
En el norte, Chernígov fue “bombardeada durante toda la noche”, declaró el gobernador regional, Viacheslav Chaus.
Luego del estratégico puerto de Mariúpol (sur), Chernígov, con 280,000 habitantes antes de la guerra, es la ciudad más duramente afectada por los bombardeos desde el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero.
El portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, echó un jarro de agua fría a las expectativas creadas por las negociaciones del martes en Estambul.
“Por el momento, no podemos informar de nada muy prometedor o de un avance. Hay mucho trabajo por hacer”, declaró Peskov.
LEA: Biden y Zelenski discuten capacidades militares “adicionales” para el ejército ucraniano
El viceministro de Defensa ruso, Alexander Fomin, había afirmado sin embargo el martes que tras esas discusiones Rusia decidió “reducir radicalmente” su actividad militar en torno a Kiev y Chernígov.
Estas discrepancias generan más interrogantes sobre la relación entre el Kremlin y su ministerio de Defensa.
Según informes de inteligencia de la Casa Blanca, existe “tensión” entre el Estado Mayor y Putin, que “es engañado por sus asesores sobre el mal desempeño de las fuerzas armadas rusas”.
Desde Ucrania, las promesas fueron recibidas con escepticismo.
“No nos creemos a nadie”, lanzó en un video el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, alertando que probablemente las tropas rusas se estaban reagrupando para lanzar un ataque contra la región oriental del Donbás.
Previamente, el dirigente ucraniano había hablado por teléfono con su homólogo estadounidense, Joe Biden, sobre capacidades militares “adicionales” necesarias para ayudar al ejército de Ucrania, informó la Casa Blanca.
En su video, Zelenski insistió en la necesidad de disponer de tanques, aviones y sistemas de artillería para contener a Rusia. “La libertad debe estar tan armada como la tiranía”, dijo.
Las potencias occidentales también recelan de la desescalada rusa, aunque un oficial de Defensa de Estados Unidos apuntó a que las tropas de Moscú se estaban retirando de la central de Chernóbil, al norte de Kiev, tomada a principios de la invasión.
El primer ministro británico, Boris Johnson, instó a “seguir intensificando las sanciones” contra Rusia hasta que el último de los soldados rusos se haya retirado de Ucrania.
Eslovaquia anunció la expulsión de 35 diplomáticos rusos, que se suman a las decenas expulsados la víspera por Bélgica, Países Bajos, Irlanda y República Checa.
En Kiev y sus alrededores se escucharon varias veces las sirenas de alerta durante la noche.
“En las últimas 24 horas, los rusos han bombardeado 30 veces las zonas habitadas y las infraestructuras civiles de la región de Kiev”, dijo el gobernador de la región, Olaxander Pavliuk.
Aun así, las fuerzas locales parecen progresar lentamente, recuperando ciudades como Irpin, en la periferia de Kiev, Trostyanets (noreste, 20.000 habitantes) o una importante carretera estratégica en el este del país.
“Hay cadáveres rusos esparcidos por todas partes”, dijo a la AFP un oficial de la inteligencia ucraniana en esa carretera, afirmando que “los soldados rusos estaban agotados”.
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La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, aseguró que los bombardeos y los ataques indiscriminados de Rusia contra zonas pobladas de Ucrania generan una “inmensa preocupación” y podrían configurar “crímenes de guerra”.
Según la oficina de Bachelet, desde el inicio de la invasión hasta el martes 29 de marzo, murieron 1.189 civiles, incluidos 98 niños. Un balance que, reconoce, está muy por debajo de la realidad, al no tener sus equipos acceso directo a los lugares más expuestos como Mariúpol (sureste), donde se ha detectado la presencia de fosas comunes.
En cinco semanas de guerra, cuatro millones de ucranianos han tenido que huir de su país y un total de diez millones se vieron desplazados de sus hogares, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Europa no había visto una afluencia tan grande de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU ha anunciado que está proporcionando ayuda alimentaria de emergencia a un millón de personas en el país.
Pero las consecuencias van más allá de Ucrania. La guerra entre dos grandes exportadores de trigo pone en riesgo la seguridad alimentaria mundial, alertó desde Quito el director de la FAO, Qu Dongyu, llamando a “proteger a la gente de hambre”.
En uno de los epicentros de esta crisis humanitaria, Mariúpol, Rusia anunció un alto el fuego a partir del jueves a las 10H00 para evacuar civiles de este asediado puerto en el mar de Azov.
El ministerio de Defensa indicó que permitirá abrir un corredor humanitario hacia la ciudad de Zaporiyia y solicitó la participación de ACNUR y del CICR en esta operación.
En la maltrecha ciudad siguen atrapados unos 160.000 civiles, que sobreviven en refugios sin electricidad y carecen de alimentos y agua, según los testimonios recogidos por AFP de quienes huyeron de esa ciudad.
Las autoridades locales denuncian deportaciones forzadas de sus ciudadanos hacia Rusia, entre ellos unas 70 personas entr emujeres y personal médico de una maternidad, según denunció el miércoles la alcaldía.