Refugiada ucraniana en Polonia: Me siento vacía por dentro en este momento

La joven asegura que estar refugiada en Polonia y ver lo que la invasión ha hecho con las personas es muy doloroso

Kateryna es una enviada especial del medio Infobae.

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Duro relato

VARSOVIA, POLONIA.-Kateryna, una joven que se encuentra refugiada en Varsovia, Polonia, luego de la invasión rusa.

La joven, que es una enviada especial del medio Infobae, asegura que estar refugiada en Polonia y ver lo que la invasión ha hecho con las personas es muy doloroso.

“Me siento vacía por dentro en este momento. Ver a tantas niñas pequeñas despedirse de sus papás gritando y llorando me hizo muy mal, porque yo también me tuve que despedir de mi papá. Y no sé si lo voy a volver a ver”, contó.

Actualmente, colabora como intérprete durante al menos una hora de entrevistas con refugiados que esperan en Warszawa Centralna, la estación central de ferrocarril de Varsovia.

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“La gente me dice ‘¿cómo llego a Berlín?’, y los ayudo como puedo. Ayer vino una mujer que me preguntó cómo llegar a Australia”, recuerda.

Ella tuvo que escapar de Kiev hace unos días. “Mi mamá y yo nos fuimos corriendo al campo el 24 de febrero y nos quedamos allí por tres semanas. Hasta que decidimos venir a Varsovia”.

“Éramos mi mamá, mi papá y yo, dos perros y un gato en un auto para dos personas. Mi papá tuvo que agregar otro asiento como pudo”, cuenta.

“Fue una semana de viaje. Hubo mucho estrés. Tuvimos que ir a Kiev para buscar gasolina porque no teníamos suficiente. Viajamos durante el día, dormíamos durante la noche, porque no es seguro viajar de noche, hay más actividad militar”, relató.

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La joven contó que su padre tuvo que quedarse en Ucrania, como todos los hombres ucranianos en edad y condiciones para el combate. “No se le permite irse pero si pudiera no lo haría”.

“Cuando tuve que elegir las cosas para traerme no elegí para nada bien y ahora me arrepiento de tanto. Bueno, claro que me hubiera gustado llevarme más ropa, pero me di cuenta de que con lo poco que tengo está bien y es suficiente. Me refiero a que traje las cosas más ridículas y estúpidas. ¡Me traje un rodillo para la columna! ¿A quién se le ocurre? Lo que pasa es que me suele doler la espalda y me lo había comprado hace poco en Kiev y no quise dejarlo. En ese momento también quería traer fotos de mi familia, pero era muy difícil transportarlas porque eran tantas y tan pesadas... Mi mamá me pidió que desista. Ella sólo se trajo la Biblia de su madre, de mi abuela, una de las pocas cosas que le quedaban de ella”, siguió.

“Vinimos aquí ayer. Dejé mis cosas y vine directamente acá para hacer algo. Me gustaría hacer más, pero no se me ocurre qué más hacer por ahora”, relata.

La joven reconoció que desde que inició la invasión no ha podido dormir bien. “Bueno resulta que... nos estamos quedando con un amigo. Bueno, un chico que conocí hace años en un bar, con el que pasamos una noche divertida tomando unos tragos aquí en Varsovia -yo vivía aquí en un momento, pero por la pandemia volví a Ucrania- nos prestó un departamento. Es un lindo lugar y nos dio comida y todo lo que necesitamos para estar cómodas. ¡Estamos tan agradecidas! Por eso siento que necesito dar más de mí durante este conflicto, porque yo tuve suerte, a pesar de todo”, dijo.

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