Sembramos malas semillas

Es ley natural de Dios que cosechas lo que siembras. Actualmente, la sociedad hondureña cosecha malos frutos por sembrar semillas de mala calidad, diputados, presidente y operadores de justicia en los tres poderes del Estado.

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Es ley natural de Dios que cosechas lo que siembras. Actualmente, la sociedad hondureña cosecha malos frutos por sembrar semillas de mala calidad, diputados, presidente y operadores de justicia en los tres poderes del Estado. Clarificando el concepto anterior, el elector debe estudiar los detalles ideológicos, políticos y la trayectoria ética y moral de cada candidato a cargo de elección popular, seleccionar aquellos de ficha limpia y predecibles. Recordar que los alcaldes, diputados, presidentes de la República y las autoridades partidarias han traicionado al pueblo. El voto es la semilla que sembramos, depositando esperanzas y representación en el candidato y una vez electo, luche y traiga bienestar al pueblo, pero, no ha sido así, violaron nuestros derechos humanos. Hoy, cosechamos frutos de corrupción, narcotráfico, violencia, abuso de poder, impunidad, malversación de fondos públicos, sobornos, encubrimientos, violaciones a la Constitución y las leyes para proteger acciones penales, debilitamiento institucional, fractura del Estado de derecho y fraudes electorales. Nos han dado malos frutos de desempleo, pobreza, miseria, hambre, inseguridad social, malos servicios de salud y educación, alto costo de la canasta básica, energía eléctrica carísima, migraciones y como consecuencia, viviendo en la desesperanza y desdicha.

Desgraciadamente, las cúpulas de los movimientos políticos (melismo, orlandismo, yanismo) han distorsionado el buen modelaje ético y moral para las nuevas generaciones, dando paso a la cultura de la corrupción; estos políticos son un mal negocio para el pueblo hondureño. La corrupción constituye un problema para la democracia actual, porque ya no atrae a los mejores, atrae, infelizmente, a los mediocres. Los mejores se apartan de la política porque la consideran corrupta, el cáncer de la política es la corrupción. Sin corrupción la política es un instrumento extraordinario de justicia, de renovación política y social, de lucha por un sistema de igualdad en la sociedad, esto se debe inculcar a las nuevas generaciones. Si los mejores huyen de la política, y los peores toman cuenta, la política seguirá siendo corrupta.

Es notable la vergonzosa condición por la que atraviesa Honduras derivado del enjuiciamiento por narcotráfico del expresidente JOH, exdiputados, exalcaldes, exmilitares, expolicías, en la Corte del Distrito Sur de Nueva York y otras de EUA, también, el surgimiento de testimonios que involucran a otros exmandatarios y funcionarios vigentes. Tales señalamientos de funcionarios impactan en la institucionalidad, porque algunos tienen rango institucional e iniciativas constitucionales que comprometen al Estado. De estas implicaciones derivadas de este escándalo de narcoactividad, los hondureños tomemos de estos malos ejemplos una gran lección de vida, para evitarlos y mantener la salud institucional en Honduras.

Propongo para las elecciones generales 2025 un gobierno de unidad nacional y, si fuese imperativo, una coalición política donde las corrientes formen una fuerza electoral competitiva para ganar las elecciones y borrar de una vez a políticos y sus movimientos políticos corruptos. Queda planteado.