Artículo de Octavio Carvajal: ¿Y los íntimos de JOH?
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Unos cuantos gatos “lloraron” -a su manera- la caída del expresidente Juan Orlando Hernández Alvarado en tierra de Sinatra.
A JOH, sin duda, le espera una tortura judicial por cargos de narcotráfico. Será careado con temibles capos de la droga que, según fiscales neoyorquinos, operaron bajo su impúdico trono. El hombre está doblado; ahora falta el alud general de sus brazos.
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No todo está dicho para JOH ni nadie atina qué hará él y su defensa para evitar el asedio de los fiscales, de sus testigos y pruebas. Como era de esperarse, el indómito se quedó sin el adulo de sus íntimos, desde generales de división de las Fuerzas Armadas y de la Policía, hasta los más avispados y livianos hombres de prensa que urden afeites para maldades y fealdades según la clientela.
PASTEL
Esos (as) cotidianos que hablan y hablan bonito de políticos corruptos por los chorros de billete que le chupan a lo cínico al erario, deberían buscar la forma -si pueden- de auxiliar a JOH, de intervenir, probándose “influyentes” ante la Fiscalía estadounidense y así driblar a su otrora amigo y adepto Alexander “Chande” Ardón, que siempre revalida sus cantos ante el juez Kevin Castel.
Esa pintura de JOH se molió apenas horas después de dejar el poder. “Chande” Ardón -quien regó mucho dinero y bailó equinos con políticos y unos cronistas ricos- es una de las piedras en el zapato del expresidente. En un país donde “el narco soy yo”, ¿verdad, amigos empresarios?, el exalcalde de El Paraíso, Copán, juró dar miles de dólares de Los Cachiros para las campañas de JOH y de su expapi Porfirio Lobo Sosa.
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“Chande” es pieza clave para pudrir en prisión a buena porción de galanes de la política que no solo se tragaron fajos de verdes de Los Cachiros, del clan de los Valle Valle, sino también de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Si bien JOH ya no tiene nada que perder, sí puede ganar quemando comparsas nacionales y extranjeras en la mira de agentes antidrogas norteamericanos.
BRAZOS
JOH también se verá con Víctor Hugo Díaz Morales, alias “El Rojo”, pedido por Castel el 31 de octubre de 2015 y caído en Guatemala en marzo de 2017. “El Rojo” -amigo de “Tony”-, de acuerdo a fe del segundo, era brazo de Wilter Blanco, apresado en Costa Rica, alero de políticos, militares y policías locales. Era “el contador” de Héctor Emilio Fernández, alias “Don H”, con perpetua en el imperio.
“El Rojo”, aparte de estar acusado de traficar miles de kilos de cocaína a Estados Unidos, tenía laboratorios para afinar la droga en Honduras y de idear en septiembre de 2016 un atentado criminal contra miembros de la Oficina para el Control de Drogas, por sus siglas en inglés DEA, ocurrido en San Pedro Sula. Manejó, igual, a su manera, jueces, policías y militares. Dejó huellas por el Atlántico hasta el occidente.
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Intuimos que JOH tiene claro su paisaje. Para los incisivos fiscales no existen coloretes. Si bien aquí reinó a su antojo -igual- con la venia de los gringos, sus abogados deben probar que nunca tuvo amoríos con el mundo ruin, de lo contrario, podría correr la suerte de “Tony”, a diferencia de que su hermano mintió a la DEA en 2016 y, en 2018, al ser capturado en Miami, se quemó sin empujón.
CHUECO
El caso del expresidente es complejo. Por un lado, JOH jura que luchó contra los narcos y, por el otro, las pesquisas gringas aseguran que burló sus “radares” siendo su aliado. Así les metió 500,000 kilos de cocaína con el apoyo de altos militares, policías y jueces, entre sinfín de estrellas viciadas por el poder. Empero, ¿dónde están sus íntimos que vitoreaban su lucha contra el mundo chueco?
Ni pensar que serios coroneles, generales, secretarios de Estado, fiscales y magistrados sean parte de ese estrado fétido que en público decían una cosa y, por debajo de la mesa, la pasaban como harina. El norte dijo sin tientos que fue un “cartel institucional” liderado por JOH que, lejos de verse libre, está acorralado. Evadir una larga prisión no le será nada fácil. Pasado mañana inicia su cruz.
Aquí muchos piden un lavado rápido ¿de dinero?, ¡no!, de una clientela política y financiera que perdió el tabique fabricando y exportando cocaína. Empero, nadie apura el paso firme y casi seguro del norte. Cuando apunta y dispara no deja títere con cabeza. Quienes hoy “rezan”, “creen” y “alaban” al Altísimo, en el sillón lo vejaron por su maldita ambición.
TRINQUE. “Chande” Ardón no solo enlodó a “Tony” Hernández, sino que también ha reiterado que él medió para que “El Chapo” Guzmán financiara a JOH.
COCA. Dicen que los fiscales gringos tienen pruebas contundentes de que JOH “les metió coca en sus narices” apoyado en todo un tablón oficial.
MILLÓN. Ardón juró que en la sede del Partido Nacional en San Pedro Sula se vio con Lobo Sosa, quien le confirmó recibir un millón de dólares.
SALÓN. Contrario a otros narcos sentenciados y otros en sala de espera, el expresidente Hernández está acusado de liderar un cartel peligroso.