¡Congreso!, ¿negocio redondo?

“Mel” y Jorge Cálix parecían tortolitos cuando pactaron el cese de hostilidades. “Todo sea por la paz”, dijo el restituido sin caer redondo
Los congresistas aún creen que los electores son tontos. Miles de ojos y oídos no son ciegos ni sordos. No se crean tan vivos.

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Amor

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Pese al arreglo que acabó a medias el conflicto en el Congreso Nacional, cachos, libres y lavados harán el papel que tengan que hacer. Tragarse lo que parezca bueno y hacerse los locos -su arte- con el jefe del parlamento que no la tendrá fácil con alumnos insurrectos que a regañadientes lo aceptaron sin avalar su mandato. La aparente paz se pactó con redondos negocios legislativos.

El cabecilla -a sonrisa partida con “el patrón”- dijo que declinó “su presidencia” por “el bien del país”. Nos rememora al claro Nicolás Maquiavelo. Hacerse a un lado, expresó, pero sin reconocer a su opositor. Todos firmaron, a excepción de la dama furtiva. El covid-19 hace milagros. Cuando inició el lío (elección de dos juntas), “Mel” y “Carlón” se enfermaron. Las del lado, igual se infectaron y esfumaron del pacto.

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Falta ver en qué o dónde paran las “leyes” visadas y redondeadas con la reconciliación de las bancadas oficiales que aún siguen ariscas con el gordito. No se borran tan fácil los sinsabores y gruesos trueques. Habrá, por lo visto, teatro para rato con payasos, pancistas y socarrones que pelan los ejes olímpicamente ávidos de mamarse la cosa pública, víctima de una violación masiva y en serie.

PAÑALES
país que “juran amar” mientras urgen del voto es su muñeco, lo siguen cuarteando por su necio ego. 128 diputados acuerpados en actores secretos sutilmente tendrán atizada la mecha. Los cachos y cómplices de su mando se volaron la Maccih y quienes criticaron su acción malsana, hoy, igual, a su modo, se forraron de indultos sin aprobar la gritada Cicih.

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Nomás cambio de albañal, el pañal se baña de lo mismo.No obstante, en medio de esos agites que no son más que remedios a sus graves e impunes delitos, a lo cínico alegaron que el Congreso pasó por una “crisis sin precedentes” actuando como delincuentes. Los de turno se creen señoriales y los recién despedidos nos tienen más que pasmados, boquiabiertos, al retumbar en “cátedras” de moral y cívica. Entonces, ¿el maleante soy yo?

RAPTO
Un aprieto creado por alacranes y fanfarrones revestidos de pulcritud operan libres, sin ningún temor al tenor de bandas criminales que toman el Estado como su guaca. Hablan y exigen acato a la libertad de la nación y son libertinos, absurdos. ¡Insolentes! Cada quien, desde su tarima, alega “legalidad” o “ilegalidad” con un hemiciclo raptado por hombres y damas de dudosa reputación.

Dos juntas o carteles de diputados no surgieron de la nada para delirar o sacarse la madre cuantas veces quisieron. “Tu madre”, ¡no!, a nuestro juicio, todo el enredo tiene su fin con el Ministerio Público y la ansiada Corte Suprema de Justicia, sus progenitoras del crimen. El caso de la Procuraduría, legal o no, ¿ya está cabal? Si en el pasado reciente se volaron al fiscal general, al segundo y a unos magistrados ¿por qué no guillotinarlos hoy? ¿Quiénes tienen al toro por los cuernos? ¿Cederán cachos y cheles?

Si bien Libre parece recobrar la armonía, el Ejecutivo gana espacios populares al imponer a Luis Redondo y sus cercanos cuyas leyes “no agradan” a Salvador Nasralla y a dilectos de la camaleónica sociedad civil que juraron y exigieron decoro. Lo que no digieren miles es que en el estire y en el encoge cada grupo quiere coger la Fiscalía y el Poder Judicial.

MANCHA
Uno desea el mando absoluto que el otro tuvo por doce años. No son cinco centavos en disputa. El gentío ve “legales” y “excelsos” los fallos de Redondo y de su grupo. Los rivales, especialmente los cachurecos, no solo están a la zaga por la humillante derrota, sino porque parte de su estructura está liada al saqueo público y al narcotráfico.

Y no es que los cachos están terminados, sin embargo, cualquier tipo de agravios y abusos se podrían ir disipando tan pronto pacten a sus camaradas en sillas donde pesa más lo político, lo carnal y lo financiero que su fiero historial. Las estrellas del legislativo se “alinearán” una vez que cada grupo tenga listos sus votos para redondear y nominar al fiscal, al comparsa y a los nuevos vecinos de la injusticia.

Nadie irá por lana para salir trasquilado en las grandes ligas de la política vernácula que, de paso, inquieta a fuertes bolsistas que hace varios años ya no van a pasear por el imperio. Ahora les embruja Panamá, Punta Cana y París. El negocio redondo en el Congreso tendrá flores y camellos.

ADEMÁS: Artículo de Octavio Carvajal: ¡Humillados!

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Política
Manuel Zelaya
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Congreso Honduras