“El pulso del mar”, un audiolibro de cuentos para los niños no videntes de Honduras

Eduardo Bähr y su hijo Sergio le dan vida a un proyecto que busca acercar a los niños no videntes a la literatura infantil de Honduras, con cuentos de Bähr y Rubén Berríos, y la música de Guillermo Anderson

Tres cuentos de Eduardo Bähr y cinco de Rubén Berríos conforman “El pulso del mar”.

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Literatura

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Eduardo Bähr tiene alma de niño.

El escritor, que dejó de tener padres a los once años, y que tuvo que asumirse como la figura paterna de sus hermanos, viene arrastrando, hasta los 82, “una infantilidad maravillosa”, como él mismo lo dice.

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Quizá es ese universo infantil, donde el mundo es un salón de juegos, lo que le permitió sobrellevar las pruebas de la vida y no dejar morir la esperanza de un mundo mejor para él, para sus hermanos y para los niños en general.

Esa fantasía infantil que lo ha llevado a escribir historias llenas de inocencia, de aventuras, de descubrimientos, de amistad y de solidaridad, ahora se traslada de las letras a la voz, en un proyecto que lo llena de ilusión y entusiasmo: un audiolibro, que se revela bajo el título de “El pulso del mar”.

Y lo que hace especial esta iniciativa que incluye cuentos infantiles suyos y de Rubén Berríos, con la música de Guillermo Anderson, es que es algo que ha trabajado junto a su hijo Sergio.

Sergio Bähr es sociólogo. Eduardo Bähr es escritor. Sergio ha trabajado de cerca en proyectos que lo acercan a la realidad desfavorecida de sectores de la población. Eduardo ha vivido en carne propia la pobreza y el desamparo.

Ambos han desarrollado un valor especial por la amistad y la solidaridad, que los inspiró a realizar este proyecto que pone al alcance de los niños no videntes una pequeña parte de la literatura infantil que no pueden leer con sus propios ojos.

“Esta es una idea que se le ocurrió a mi hijo Sergio, él me consultó inmediatamente y como nos compenetramos muy bien, yo busqué los cuentos, los escogí y ordené (...) Los cuentos tienen una narrativa fácil, esperamos que los niños tengan un acercamiento a la imaginación, y tal vez alguno de ellos quiera escribir en el sistema braille alguno de los cuentos”, dice Eduardo Bähr.

Por su parte, Sergio Bähr recuerda que cuando pensó en el audiolibro una de las motivaciones fue el hecho de que su papá siempre ha disfrutado trabajar con niños, “y es algo que no se dice mucho cuando se habla de él y cuando se reconocen su méritos académicos e intelectuales”.

Esa fue una de las cosas que tuvo en mente al gestar la idea, la otra es que “en nuestro país no existe una verdadera atención ni inversión de los gobiernos hondureños, ni de este ni de los anteriores, hacia la población en discapacidad, y en particular hacia la niñez en discapacidad, en Honduras ni siquiera sabemos cuántos hondureños con discapacidad hay ni qué tipo de situaciones de discapacidad existen en el país. Las políticas públicas históricas han sido de regalar una silla de ruedas, unas muletas, mucho como que fuera un favor que se está haciendo, no de aplicación de políticas públicas coherentes y duraderas a través de los años, de inversión a la población con discapacidad”.

Y señala que específicamente la niñez no vidente de Honduras no tiene muchos recursos de aprendizaje.

“Nos pusimos a platicar con Eduardo de lo hermoso que sería que estos niños y niñas tuvieran la oportunidad de conocer literatura hondureña, de conocer más de lo producido aquí para ellos, y para hacerlo tenía que ser en formato de audio”.

Y así, sin ser un experto en locución ni en edición de audio, Sergio se puso a grabar los cuentos de su papá y de Rubén Berríos para darle forma a “El pulso del mar”. ¿Y por qué del mar? Porque este es parte de la memoria de su padre, nacido en la costa norte hondureña, en Tela, donde de niño tenía extensos diálogos con el mar, al que considera su “amigo”.

Y todo es una conjunción de orígenes, puesto que Berríos y Anderson también son hijos de la costa norte.

Todo fue un cúmulo de buenos acontecimientos.

Primero la idea se centró en cuentos de Eduardo Bähr. “Luego pensamos qué más podemos hacer, porque queríamos hacer como un paquete para los niños no videntes, entonces pensamos en ponerle música, y quién más que Guillermo Anderson, que amaba tanto a la niñez de este país”, señala Sergio.

Y así contactaron a la familia del extinto cantautor, que accedió a donar su música para musicalizar los cuentos.

Luego, como don Eduardo fue muy amigo de Rubén Berríos, también autor de cuentos para niños, se comunicaron con su familia, que también se sumó al proyecto donando la obra de Berríos para completar la idea.

Después, tras escuchar a su papá grabando cuentos, la hija de Sergio, Althéa Bähr, decidió que quería estar en el audiolibro y ella es la voz de presentación de los cuentos.

Y así, en esta unidad solidaria tres familias se involucraron en un audiolibro que también merecía tener una portada, que es creación de la artista Luz de Solzieé Baca R., quien también donó su obra para ilustrar el trabajo.

“Entonces esta es una labor de amor de varias familias, de grandes intelectuales y escritores, músico y artista hondureña, que de manera totalmente gratuita han querido otorgar este material a los niños y niñas de Honduras”, concluye Sergio.

Conforman “El pulso del mar”, los cuentos de Eduardo Bähr: “Mazapán”, “El niño de la montaña de la flor” y “El diablillo de achís”.

“Eduardo es un tipo brillante al que se le acumula la genialidad y un día estalla y escribe algo espectacular, y luego regresa a estar como guardado, nada más viendo, aprendiendo, escuchando, riéndose y burlándose de lo que ocurre a su alrededor”, dice su hijo Sergio, sobre su padre, el escritor.

Y de Rubén Berríos, el audiolibro reúne: “El cangrejo”, “El gallo cantor”, “El niño y los mables”, “El sueño de la araña” y “Lección de salto”.

“La mayor parte son cuentos de Rubén, especialista en cuento breve, con una sensibilidad hermosa que escribía cuentos breves de corte poético”, señala Eduardo Bähr.

El objetivo de padre e hijo es que estos cuentos puedan llegar a cuanto niño no vidente sea posible, por lo que están comprando memorias USB para poder distribuirlos en instituciones donde atienden a niños con esta discapacidad visual.

Cuentos de Eduardo Bahr: El Diablillo Achis

Cuentos de Eduardo Bahr: El Niño de la Montaña de la Flor

Cuentos de Eduardo Bahr: Mazapan

Cuentos de Rubén Berríos: El Cangrejo

Cuentos de Rubén Berríos: El gallo cantor

Cuentos de Rubén Berríos: El niño y los mables

Cuentos de Rubén Berríos: El sueño de la araña

Cuentos de Rubén Berríos: Lección de salto