Kalton Bruhl se sumerge en el relato fantástico

El escritor hondureño presentó su nuevo libro “Rituales” en el Centro Cultural de España en Tegucigalpa. En él explora los miedos más profundos del humano desde la concisión del cuento

“Rituales” fue presentado en el marco del Día del Idioma Español. Acompañaron al autor sus colegas Nery Gaitán y Javier Suazo.

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Literatura

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “Me gusta escribir para entretener”, dice Kalton Bruhl , y su deseo lo quiere ver manifiesto en su nuevo libro: “Rituales” .

Con esta nueva propuesta literaria que se suma a sus diez libros anteriores, el autor expone en sus letras los miedos más profundos del ser humano... y por qué no, hasta de una rata.

El escritor hondureño aprovechó el marco que le brindó el pasado Día del Idioma Español para presentar “Rituales”, donde la concisión y el relato fantástico son su sello.

Con este libro el autor considera que ha tomado una decisión, por el momento, definitiva: “Escribir literatura de corte fantástico, y mucha literatura de terror ”.

No es “Rituales” el primer libro donde el autor apela a este género para contar sus historias, ya lo había hecho anteriormente en “El visitante y otros cuentos de terror” (2018) y “La llamada” (2019), el primero una obra colaborativa con Dennis Arita.Desde su debut en la literatura con “La mente dividida” ya se notaba la inclinación de Bruhl hacia el terror psicológico , que ha ido consolidando en los libros posteriores.

En “Rituales” dice el autor que regresa una vez más a los finales impredecibles, “eso es lo que ha marcado mi estilo de escritura, lo que me ha gustado hacer y no he pensado cambiarlo”, agrega.

Y como lo suyo es el cuento, señala que no puede avanzar mucho sobre las historias del libro porque estaría contando todo, pero sí comparte que sus cuentos son diferentes variantes de la literatura de terror.

“Hay terror sobrenatural, por supuesto, hay terror psicológico, hay cuentos en que la amenaza es más física, que alcanza un poco más al cuento negro . Siempre trato de imprimirle un poco de humor, hacer esa mezcla de terror con humor, tratar de lograr que surjan las emociones en el lector, provocar algo en él”. Lo que sí podemos decir de los cuentos es que muchos, en esencia, tienen como raíz las relaciones interpersonales, ya sean estas familiares, laborales, sociales, amorosas, etcétera.

Y en todas hay un elemento donde el humano sucumbe a sus más bajos instintos oa sus más profundas debilidades.

El inicio de Kalton Bruhl en la literatura fue con la novela, su primer y único título es “La mente dividida” y desde entonces no ha vuelto a publicar nada en ese género, pues su carrera la ha dedicado enteramente al cuento y al microrrelato.

Dice que se siente más cómodo con el cuento, y que desde la novela lo que ha estado haciendo es cortar las cosas, aunque no descarta retomar ese género que marcó su primer paso.

“La cuestión es que cuando tengo una idea es en realidad la historia la que determina cuál va a ser la extensión, y por el momento las ideas que he tenido las he podido desarrollar en un cuento, siento que quedan bien así. Tal vez en algún momento se me ocurrió algo para hacer una novela”.

Por ahora, Bruhl tiene en mente retomar la colaboración con Dennis Arita. Aún no hay un nombre, pero sí la intención de escribir en conjunto.

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No logro determinar en qué lugar me encuentro atrapado. Escucho algunos ruidos amortiguados. Son voces discutiendo. Avanzo a tientas. La oscuridad es densa. Llego a una pared. La sigo y descubro que no es recta, sino circular. Intento escalarla, pero resbalo. Parece una superficie de metal. El suelo es inusualmente blando ya veces creo sentir que se estremece. Me quedo quieto. Debo tranquilizarme y pensar. Súbitamente, el ambiente se calienta. El calor proviene del techo y de las paredes. Es cada vez mas intenso. Comprendo que, si no hay escape, pronto moriré calcinado. El suelo vuelve a agitarse. Quizás todavía tenga esperanzas. Tengo que escarbar en ese suelo esponjoso, crear mi propia salida, aunque tenga que hacerlo con mis uñas y dientes. El prisionero, aterrorizado, tensa sus cadenas. Sobre su abdomen hay un cuenco de metal que el verdugo calienta con carbones encendidos. Debajo del cuenco hay una enorme rata. El prisionero se agita y aúlla de dolor: la rata ha descubierto la forma de escapar.

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Centro Cultural de España en Tegucigalpa