Enma Calderón: “Eran pocos los hombres que me enamoraban”

Enma tiene alrededor de 36 años ejerciendo el periodismo en distintas facetas: relaciones públicas, prensa escrita y televisión

Tiene 36 años de ejercer el periodismo y en la actualidad es una de las periodistas más connotadas de Honduras.

Foto: David Romero/El Heraldo

Enma disfruta mucho de hacer ejercicio al aire libre y casi siempre lo hace acompañada de su mascota: su perro de nombre Bruno.

Foto: David Romero/El Heraldo

En una entrevista con el extinto alcalde de la capital, César “El Gordito” Castellanos.

Foto: David Romero/El Heraldo

Enma cubrió la nota roja, pero hacía la diferencia porque a pesar de ello siempre vistió elegante.

Foto: David Romero/El Heraldo

Su experiencia en el periodismo la ha llevado a destacar en la televisión nacional.

Foto: David Romero/El Heraldo

En la imagen junto al expresidente de la República, Carlos Flores, y otros periodistas.

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TRAYECTORIA

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Imposible no hablar de trabajo periodístico con un periodista, y más tratándose de Enma Calderón.

Sin quererlo, nos adentramos en ello. Y se vienen los recuerdos de la reporteada, como el del emblemático caso de Riccy Mabel Martínez.

Pero no vinimos a hablar solo de eso, sino de Enma, quien nos cuenta qué es de su vida fuera de los medios, alejada de esas horas extenuantes que vive el periodista... Y se atrevió a relatarnos un poco sobre su vida. ¡Ah! Claro... Por más que no era el guión principal, fue inevitable hablar de periodismo.

¿En qué se van sus días fuera de la oficina?

Trato de compartir con mi esposo, especialmente con mis amigos y parte de mi familia. Trato de tener momentos de calidad con cada uno de ellos, o sea que si solo tengo una hora, es una hora bien disfrutada. El día a día nos corre y tú sabes que el periodismo más que una pasión es una adicción, uno siempre está conectado.

Cuéntenos, ¿cómo fue su mundo de cipota, cuando era una chavita?Yo tuve una niñez muy bonita. Mi papá fue un hombre más visionario, muy sociable, cada fin de semana lo dedicaba a la familia, no importaba cómo; siempre íbamos a la playa o a la finca de un amigo. Y mi mamá era la pobre que estaba de lunes a viernes en el día a día con nosotros.

Seguramente por sus atributos y belleza física, le llovieron los pretendientes...

Fíjate que no. Yo gozo con eso por que me hacen esa pregunta, pero en realidad te voy a ser sincera... Eran raros (pocos) los que me decían cosas (enamoraban). Lo que pasa que también como entré al periodismo, creo que el periodismo te hace ver un poquito diferente; no te miran como una mujer a la que pueden someter, te miran muy independiente y la independencia de la mujer no siempre les gusta a los hombres.

¿Y su vida de joven universitaria?

Mi papá se enfermó, yo tuve trabajar y estudiar para costearme los estudios en la universidad. Trabajé en la Secretaría de Prensa en el gobierno, en tiempos de José Simón Azcona. El que estaba de ministro de la presidencia era Céleo Arias y me preguntó: “¿Qué estás estudiando, cipota?”, yo le dije que periodismo y me nombró en la Secretaría de Prensa.

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¿Cómo fue la llegada a los medios de comunicación?

Fue muy turbulenta. Me despidieron de la Secretaría de Prensa cuando llegó Rafael Callejas. Conocí a Blanca Moreno trabajando para la secretaría y ella me conectó con Adán Elvir. Comencé en La Tribuna haciendo vacaciones, pasé todo un año cubriendo sindicatos porque todos los periodistas se fueron de vacaciones. Después de ese año, como me miraban “creidita”, me mandaron a cubrir la nota roja. Fui la primera mujer en cubrir la nota roja (policial) en Honduras.

Cuenta la historia que Enma Calderón fue la primera periodista a la que le asignaron una laptop para trabajar, ¿qué tan cierto es esto?

Es cierto. Fíjate que fue una experiencia muy impactante. Me gané una beca para ir a conocer cómo funcionaba la Unión Europea y fuimos a varios países de Europa. Dentro del programa estaba que íbamos a ir a ver una cumbre de presidentes de la Unión Europea en Cannes, Francia. Cuando quiero redactar mi nota, entro a la sala de redacción y lo único que encuentro son conectores de computadoras, no habían máquinas de escribir, fue en 1995. Al no encontrar una máquina de escribir, redacté a mano y mandé por fax al periódico acá en Honduras. Esa escritura se hizo famosa por mi shock tecnológico y la publicaron. Para esos días yo cubría el Congreso Nacional; la cuestión es que yo creo que al ingeniero Carlos Flores (presidente del Legislativo) le dio pena, por que yo era la que le cubría las cosas a él y me asignaron una laptop.

¿Qué le decían sus colegas de la fuente del Congreso cuando la vieron utilizando una laptop?

La gente (sus colegas) creía que era por un lujo, pero en realidad fue por la necesidad de que necesitábamos tener el material temprano en redacción para irlo armando. No era lujo, la laptop era de la empresa, no es que me la habían regalado; ¿que fui la primera en tener? Sí fui la primera, eso sí (risas).

En su tiempo libre, ¿prefiere hacer ejercicio o estar en su casa?

Hago ejercicio, me gusta caminar, trato de hacerlo seguido. Tengo un perrito desde hace casi nueve años. Todos los domingos tenemos que ir a caminar con él, es el día de Bruno. Tenemos que salir con él a como dé lugar, desde las 6:30 de la mañana ya está activado; no sé cómo sabe él que es domingo, pero ya sabe que es el día de caminar.

¿Alguna anécdota de su vasta carrera periodística que siempre recordará?

¡Muchas! Es bien difícil decir una en especial porque ha sido una carrera bien turbulenta. Una vez cubriendo al general Luis Alonso Discua Elvir (jefe de las Fuerzas Armadas en ese momento), había salido un libelo (escrito) en contra de él y él había andado evadiendo a la prensa. A mí me había invitado a ir a Marcala el jefe del batallón de ahí. Cuando aparece el general, llega en un helicóptero y vengo yo y le pregunto qué opina sobre el libelo que decía que él tenía una fortuna de 35 millones de lempiras. Sin ni siquiera verme, me dijo: “¿Sabe para qué ocupo los libelos yo? Para cuando voy al sanitario y no hay papel”. La seguridad se fija que soy yo y me han aprisionado tanto que no toqué el piso como por un metro, fue algo impactante.

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Cubrió por mucho tiempo la nota roja, ¿usted y su fotógrafo dieron cobertura al caso de Riccy Mabel?

Yo soñaba con Riccy Mabel, porque yo fui la única periodista que estuvo en la escena del crimen de ella y el fotógrafo Ángel Espinal. Después apareció otra gente que decía que había llegado al lugar, pero no, fuimos los únicos que estuvimos allí. Por toda la trama que viví en ese caso, te lo juro, yo soñaba con Riccy, a mí me aparecía esa niña en sueños.

¿Quién es Francisco Hernández Pon en su vida?

El hombre que me robó mi corazón. Yo todavía le pregunto “¿cómo?” (risas). Nos llevamos muy bien, ha sido parte de mi vida casi 15 años; no ha sido fácil, pero nos hemos complementado. Me ayuda mucho en la parte de la tecnología y tratar de ser un poco más independiente de los medios de comunicación.

Ha sido galardonada con el Premio Álvaro Contreras en 2022, ¿cómo lo recibe?

Sorprendida. Jamás lo esperé, te soy sincera. Jamás esperé que me dieran el premio, me sorprendió la forma en la que ellos me lo plantearon. Me habló el presidente Osman Reyes y me dijo que unos colegas querían conversar conmigo sobre un asunto. Me dijeron que si yo aceptaba, porque es parte del protocolo preguntarle al premiado. Les dije que claro que sí. Sabes que es el máximo galardón que uno como periodista puede recibir en el país, como reconocimiento a tu trayectoria. Se me salieron las lágrimas, nosotros hablamos muy poco de lo de nosotros. Los periodistas no somos lo que la gente cree, somos seres humanos y a veces somos mucho más sensibles que las demás personas.

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Enma Calderón