Apoyamos el estudio de más de 200 niños en Las Pilas y La Laguna
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La Laguna y Las Pilas, dos comunidades del Distrito Central ubicadas a una hora y media del centro de Tegucigalpa, tomando el desvío de Mateplátano en el kilómetro 32 de la carretera hacia Olancho, fue la dirección que la brújula de la Maratón del Saber marcó para beneficiar con kits escolares a más de 200 pequeños que recién inician su año lectivo.
“¡Son ellos, son ellos!”, se escuchó decir a un pequeño que en compañía de otros menores se mantenían vigilantes en las afueras de la Escuela Mixta Luis Landa en La Laguna. El anuncio del infante puso en sobreaviso al resto de sus compañeros, quienes esperaban con ilusión las herramientas que les abrirán paso a un futuro brillante a través del estudio. Un clima caluroso mantenía inquietos a los pequeños, pero la emoción por recibir en sus manos los útiles escolares les mantuvo en formación cual si fueran un pelotón listo para recibir la mejor arma hacia el éxito.
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En el centro educativo conocimos a Antony Rodríguez, un pequeño de 11 años que ha destacado desde el preescolar por su excelencia académica. El secreto, según reveló el alumno de sexto grado, es mantener una diaria lectura de los temas vistos en clases.
Yeison Velásquez, quien pese a ser dos años mayor que Antony cursa apenas el quinto grado, es un ejemplo de perseverancia. Criado solo por su madre y víctima de la inestable situación económica de su familia, el aguerrido niño ha tenido que colaborar en el trabajo de su madre para llevar algo de dinero a su hogar. Esa situación le impide estar de lleno en sus clases, pero se niega a abandonar su educación.
A solo quince minutos de esa comunidad se llega a Las Pilas, donde 103 pequeños matriculados en la Escuela República de Honduras también recibieron su kit educativo. Marlon Názar y Belgi Castillo son los únicos docentes que imparten clases a seis secciones en apenas dos aulas con que cuenta el centro educativo. Kimberly Alvarado, de sexto grado, relató que camina al menos una hora para llegar a su escuela. “Sí, me canso, pero ya me acostumbré”, dijo la pequeña con una inocente sonrisa mientras reubicaba su mascarilla en su rostro.
Lenis Alvarado, sobrina de Kimberly, y con apenas seis años de edad, la acompañará este año en esa aventura, que la desgastada suela de sus zapatos no podrá soportar. Diana González, de nueve años, hizo una petición a la presidenta Xiomara Castro: “Le pido que por favor me regale una sombrilla para no quemarme cuando vengo a la escuela y una mochila porque no tengo”.
De su lado, la profesora Belgi agradeció la donación asegurando que “la alegría de los niños es la nuestra”. Una vez más la Maratón del Saber contribuyó a que estos pequeños no desertaran de su educación por falta de útiles escolares. “Gracias EL HERALDO”, fueron las palabras con las que, al unísono, los educandos nos despidieron.