Obras viales diseñadas para brindar solución acabaron dando problemas

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Algunas obras viales expuestas en su momento como un “reflejo de desarrollo”, para algunos conductores con décadas de experiencia y actuales funcionarios capitalinos son contraproducentes porque colindan con el conflicto y distan de ser una verdadera solución al libre tránsito vehicular.

En específico, las rotondas se encuentran en el ojo del huracán, para Movilidad Urbana esas obras tuvieron buenas intenciones pero fueron mal diseñadas y ejecutadas, además se suma a esto el desconocimiento de los conductores para utilizarlas.

Para corregir los problemas heredados, los funcionarios decidieron modificar su radio de acción o destruirlas para agilizar el tránsito vehicular.

“Frente al Materno Infantil la hemos recuperado, pero hay un poste en medio de la rotonda y ya no podemos recortarla, por eso aún hay problemas en el carril hacia el estadio”, ejemplificó José Mendoza, titular de Movilidad Urbana.

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Problema similar fue la rotonda frente al Hospital San Felipe, la obra valorada en unos 2.5 millones de lempiras terminó como un retorno que congestiona la zona, problema que solo podría terminar con un ordenamiento vial y restricciones de giros.

Otro ejemplo que expone un mal diseño, distante de las especificaciones requeridas para la carga vehicular, es la rotonda y túnel del bulevar Centroamérica.

“La falla es que no podemos utilizar la rotonda, pero los carriles de entrada y salida no cumplen con las medidas necesarias”, señaló.

Entre los puntos conflictivos verificados en la capital son las rotondas, un ejemplo es la que se construyó en la salida al sur, específicamente en la entrada al Mercado Perisur, según un listado en poder de EL HERALDO.

“Casi todas las obras fueron contraproducentes, quizás la única -por su tamaño- es la que está en el desvío a La Laguna, pero también pasa invadida por rastras; por eso realizamos operativos”, explicó.

Otras obras

Entre las obras que provocan un conflicto en la capital están las inconclusas, las cuales su única solución sería terminarlas.

Otros cuestionamientos son dirigidos por conductores particulares hacia el paso a desnivel que desde El Prado se conecta al bulevar Kuwait.

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Para algunos capitalinos, los 1.3 kilómetros de longitud de la obra que costó 240 millones de lempiras solo acumula “cola arriba y abajo” y al final todos los automóviles llegan al mismo lugar.

Entre las quejas de los ciudadanos destaca el puente hacia residencial El Trapiche.

Con un costo de 25 millones de lempiras, los entrevistados estiman que “fue construido solo para esa colonia”.

Entre los dolores de cabeza de los que a diario utilizan el anillo periférico, también está la ampliación del mismo con su tercer carril.

Y es que antes de llegar al puente que dirige al desvío hacia la vía rápida, el nuevo carril termina de manera brusca y caer en el río San José o estrellarse en el pasamanos de esa estructura es una posibilidad.