El duelo por la pérdida de una mascota no es menor
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “Tibon fue mi mejor amigo. Lo tuve conmigo desde que era apenas un cachorrito. Me acompañó durante casi diez años. Pero un día ya no pudo levantarse, lo llevamos de nuevo al veterinario, solo que esa vez ya no regresó con nosotros a casa. Lo sigo extrañando todos los días”.
Y aunque cada historia que se comparte con una mascota tiene matices diferentes, es un hecho que verlas partir marca de forma significativa la vida de su dueño y, a veces, la de toda una familia. El duelo por la pérdida de un animal con el que se tuvo una conexión emocional extraordinaria, no es menor al que pueda enfrentarse por el adiós de un ser humano.
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Es sabido que los animales domésticos, especialmente los perros, han desarrollado la capacidad de empatizar con las personas, de sentir sus emociones. Justamente esto es lo que permite tener un vínculo profundo con ellos. Ante la tristeza de su dueño, por ejemplo, reaccionan con compañía y apego, lo que hace que despedirse para siempre de ellos sea tan difícil.
Ahora bien, si usted o alguien cercano está pasando por una situación similar, debe saber que su desconsuelo está más que justificado. No permita que frases como “pero era solo un perro” o “luego puedes tener otra mascota” entorpezcan su proceso. Experimentar un cúmulo de sentimientos y emociones negativas, sobre todo al principio, es un derecho que no debe negarse.
Lo que sigue después es comenzar a trabajar en su recuperación, porque no puede abandonarse. Hay que permitirse vivir con esa ausencia, aceptar que en la cotidianidad ya no estará ese ser querido, y tratar de buscar nuevas experiencias.
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