Por un cabello sano en verano
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Si resguardar el cuerpo de una deshidratación y otros males relacionados con la sobreexposición ambiental es casi tan oportuno como proteger la piel de los efectos nocivos que generan los rayos del sol, ¿qué pasa con la salud capilar en la temporada de verano?
“El calor excesivo puede irritar nuestras glándulas sebáceas, que son parte de la unidad pilosebácea en nuestro cuero cabelludo. Estas son muy sensibles a cambios bruscos de temperatura y es por eso que suele haber brotes de dermatitis seborreica, lo que conocemos como caspa”, introduce la dermatóloga Kathya Chinchilla.
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Asimismo, tiene sentido deducir que, debido a los días de feriado y las oportunidades de salir a vacacionar, los baños en piscinas, pozas, playas y demás destinos de entretenimiento han dejado secuelas. Principalmente, la experta apunta a la deshidratación de la hebra capilar, en vista de que el cloro y la sal perjudican severamente el cabello.
“El sol con su radiación ultravioleta daña las cutículas del cabello, que son las capas externas que resguardan la vaina interna, por ello es importante usar filtros y productos de protección específicos para el verano. Sobre todo si usted tiene teñido su cabello o se ha realizado procedimientos químicos, debe priorizar estos cuidados de manera preventiva”, apunta.
No obstante, hay alternativas para tratar de enmendar el descuido. Al salir de bañar es necesario lavarse el cabello con agua al tiempo (no caliente), recortar puntas, aplicar un acondicionador profundo y utilizar champús libres de sulfatos que incluso pueden contener aloe vera. “Otra opción son productos que contengan aceites esenciales que recubran las cutículas dañadas”, señala la dermatopatóloga.
Durante lo que reste de la temporada de calor, Chinchilla hace énfasis en la necesidad de hidratar con productos especiales para cada tipo de cabello, lavarse el cuero cabelludo con agua lo más fría posible, utilizar bloqueador solar para cabello, evitar el uso constante de fuentes de calor externas como planchas o secadoras y procurar no usar químicos con demasiada frecuencia.