Nápoles, Italia
“¡Traidor!”, “¡Mercenario!”, “¡Judas!”. Ocho meses después de haber cambiado la maglia de Napoli por la de Juventus, Gonzalo Higuaín vuelve mañana al San Paolo, donde la grada le espera con grandes dosis de rencor.
Pensar que en mayo el ariete argentino cantaba con los hinchas de Napoli celebrando la clasificación para la Liga de Campeones y sus históricos 36 goles en una única temporada de la Serie A; pero tres meses más tarde, su rostro era eliminado de los carteles que anunciaban la concentración de pretemporada del cuadro del sur de Italia y su camiseta con el número “9” fue tirada por muchos hinchas a la basura.
Un día esperado
“Hace un año que los napolitanos esperan su regreso, se vivió muy mal su salida, decía que estaba enamorado de Nápoles y se fue por dinero, es un mercenario, un traidor”, espeta Bruno Alcidi, que regenta el Bar Nilo, en pleno corazón del centro histórico de esta urbe de un millón de habitantes.
En su establecimiento, Alcidi ha instalado una especie de altar dedicado a Diego Maradona, otro argentino que vistió los colores del equipo local, pero que sí conserva la devoción de los hinchas de la ciudad.
“Higuaín no vale nada, es un cero a pesar de sus 36 goles. Mirad a Maradona, él dejó su corazón en Nápoles, es un santo”, estima Salvatore Romano, tifoso del club, delante de una tienda de la famosa Via San Gregorio Armeno.
En la ciudad que un día le idolatró ahora hay imágenes de Higuaín con la camiseta del equipo bianconero acompañada de mensajes como “So una lota”, una frase en dialecto napolitano que alude de forma soez a la poca gratitud mostrada por el ex-Madrid al cuadro que le abrió las puertas tras abandonar España por la cocina.
Clásico infernal...
La marcha de Higuaín a la Juventus dio lugar en su día a infinidad de referencias escatológicas, hasta el punto de que se imprimió su cara y el mensaje “Juve merda” (Juve mierda)” en rollos de papel higiénico. O incluso se hicieron fotomontajes con su cara saliendo de un retrete.
Al amor, la pasión y los sentimientos, Higuaín contrapuso un pragmatismo difícilmente comprensible para los habituales del estadio de San Paolo. “Una camiseta tiene un valor, pero al final el fútbol es un trabajo como los demás. Cada uno debe elegir lo que le haga feliz, lo que considere mejor para él y para su progresión”, dijo en febrero a Sky Sports.
¿Y qué debe esperar el argentino el domingo en ese estadio que fue su casa durante tres temporadas? En principio no habrá grandes pancartas contra él, ya que los grupos principales de hinchas estimaron que no merecía ni siquiera que se gastara dinero en encargarlas.
“Hay hinchas que me piden que diga por el micrófono que Higuaín es una mierda, pero eso no es posible”, sonríe por su parte Daniele “Decibelio” Bellini, el célebre speaker del estadio San Paolo.
“Únicamente habrá ruido y abucheos. Será muy difícil para él”, cree Bruno Alcidi, mientras Juve alista una visita dura ante Napoli o, lo que es igual, un duelo entre Napoli y un goleador al que todos sacaron de su corazón.