Luto y dolor se vivió en la fiesta futbolera del domingo luego que al menos cuatro personas perdieran la vida producto de una estampida el domingo pasado en el portón 11 del estadio Nacional de la capital de Honduras.
Una de las víctimas en este terrible hecho fue Carlos Alonso Torres Mendoza (58), quien falleció por asfixia mientras ingresaba a ver a su amado equipo, Motagua.
El cuerpo sin vida quedó tendido en la entrada a la cancha mientras se disputaba la gran final entre las Águilas Azules y los Arroceros del Honduras de El Progreso.
Su cuerpo fue llevado a la morgue del Ministerio Público, donde sus familiares lo reclamaron en la madrugada del domingo para hacer el velatorio correspondiente y darle cristiana sepultura.
Don Carlos trabajaba desde hace varios años como tramitador aduanero, pero si de pasiones se habla, Motagua ocupaba un lugar muy especial, era su equipo... al que apoyó hasta el final.
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EL HERALDO visitó este lunes a la familia en la funeraria donde están siendo velados sus restos y su hermano Héctor Oswaldo Torres comentó: “Él decía que quería levantar la quinceava copa de su querido equipo Motagua”.
El amante de los Azules era conocido por su incondicional apoyo, deja a cuatro hijos que por las vueltas de la vida decidieron partir a Estados Unidos y no podrán regresar a Honduras para darle el último adiós.
El hermano lamentó lo ocurrido y dijo que esperan que se pueda resolver este tipo de problemas en el país, al mismo tiempo reveló que posiblemente se reúna con las familias de las otras víctimas para saber qué decisión tomarán al respecto de este lamentable hecho.
#VIDEO Con rancheras despiden a Carlos Torres, uno de los cuatro aficionados que murió en la estampida del final del fútbol. pic.twitter.com/spqFeTwUTL
— Diario El Heraldo (@diarioelheraldo) 29 de mayo de 2017