LISBOA, PORTUGAL.- Al cambiar su sistema y hacer jugar a su equipo de una forma casi
'contra natura', la
apuesta táctica de Pep Guardiola falló el sábado contra el Lyon (3-1), provocando la
eliminación del Manchester City en cuartos de final de la
Liga de Campeones, un drama que se repite y que obstaculiza las ambiciones del club.
Es sabido que Guardiola es un loco del fútbol. Enamorado del juego, obsesionado por su infinidad de variantes tácticas, siempre en busca de la perfección, su 'cociente intelectual futbolístico' evidentemente no se cuestiona.
Pero mientras que en sus primeros años en el banquillo del FC Barcelona se llevó la corona europea en dos ocasiones (2009 y 2011), nunca pudo pasar de semifinales en sus tres intentos con el Bayern de Múnich, y con el City no ha logrado superar los cuartos, con tres eliminaciones seguidas.
'Los años pasan pero los resultados son los mismos', suspiró, casi resignado, Kevin de Bruyne, quien había dado esperanzas a los suyos marcando el gol del empate el sábado.
Lo que asombra de esta pesadilla es la repetición de un mismo patrón: de repente, luego de jugar bien toda la temporada con uno o dos sistemas, Guardiola se saca de la manga una alineación que pilla de improviso a todo el mundo.
Frente al Lyon, la sorpresa consistió en jugar con tres defensas centrales para copiar la organización de su oponente.
'Intentamos reforzarnos en nuestros puntos débiles con respecto a sus puntos fuertes, como por ejemplo el hecho de que atacan muy bien por las bandas. Y no quería dejarles desarrollar su juego', explicó el técnico al final del partido.
Guardiola había dicho y repetido antes del partido que había que desconfiar del Lyon, que era un equipo mejor de lo que indicaban algunos comentarios condescendientes.
El riesgo de un exceso de confianza por parte de sus jugadores, luego de ser los primeros en eliminar en Liga de Campeones al Real Madrid de Zinédine Zidane, era real.
Pero a la vista de su once titular, cabe preguntarse: ¿tenía miedo el Manchester City del Lyon?
El resultado fue, en todo caso, que en los 20-25 primeros minutos los jugadores 'Citizens' sufrieron hasta que volvieron, a la hora de juego, a su esquema más clásico 4-3-3, recuperando su fluidez habitual.
'En los partidos de eliminación directa, Pep (...) siempre se debate entre el hecho de respetar la fuerza del rival y mantener sus convicciones y un sistema en el que cree', explicó sobre el español Thomas Müller (jugador del Bayern Múnich) en febrero a The Athletic.
'Un partido de eliminación directa es una final, debe jugar con sus puntos fuertes. Durante 60 minutos debilitó a su equipo', opinó Lothar Matthäus, ex Balón de Oro y comentarista de Sky en Alemania.
Guardiola, sin embargo, no parece tener la intención de hacer autocrítica en este tema.
'Conocemos esta competición, hay que ser serios en las áreas y no encajar goles (...) Las estadísticas muestran que fuimos buenos (...) pero no ha sido suficiente', comentó tras el partido.
Se puede señalar que Kyle Walker no replegó en el primer gol del Lyon, la pérdida del balón en una zona peligrosa en el segundo y, evidentemente, el increíble fallo de Raheem Sterling para hacer el 2-2 un minuto antes de que Moussa Dembélé anotara el definitivo 3-1.
Pero si Guardiola quiere volver a disfrutar de la gloria y conducir un día al City a la cima europea, necesitará mantenerse firme en sus ideas esbozadas a lo largo de toda la temporada.
Es sabido que Guardiola es un loco del fútbol. Enamorado del juego, obsesionado por su infinidad de variantes tácticas, siempre en busca de la perfección, su 'cociente intelectual futbolístico' evidentemente no se cuestiona.
Pero mientras que en sus primeros años en el banquillo del FC Barcelona se llevó la corona europea en dos ocasiones (2009 y 2011), nunca pudo pasar de semifinales en sus tres intentos con el Bayern de Múnich, y con el City no ha logrado superar los cuartos, con tres eliminaciones seguidas.
'Los años pasan pero los resultados son los mismos', suspiró, casi resignado, Kevin de Bruyne, quien había dado esperanzas a los suyos marcando el gol del empate el sábado.
Lo que asombra de esta pesadilla es la repetición de un mismo patrón: de repente, luego de jugar bien toda la temporada con uno o dos sistemas, Guardiola se saca de la manga una alineación que pilla de improviso a todo el mundo.
Frente al Lyon, la sorpresa consistió en jugar con tres defensas centrales para copiar la organización de su oponente.
'Al estilo Mourinho'
Un equipo 'al estilo Mourinho', describió la web The Athletic. O en otras palabras: un equipo 'anti Guardiola'.'Intentamos reforzarnos en nuestros puntos débiles con respecto a sus puntos fuertes, como por ejemplo el hecho de que atacan muy bien por las bandas. Y no quería dejarles desarrollar su juego', explicó el técnico al final del partido.
Guardiola había dicho y repetido antes del partido que había que desconfiar del Lyon, que era un equipo mejor de lo que indicaban algunos comentarios condescendientes.
El riesgo de un exceso de confianza por parte de sus jugadores, luego de ser los primeros en eliminar en Liga de Campeones al Real Madrid de Zinédine Zidane, era real.
Pero a la vista de su once titular, cabe preguntarse: ¿tenía miedo el Manchester City del Lyon?
El resultado fue, en todo caso, que en los 20-25 primeros minutos los jugadores 'Citizens' sufrieron hasta que volvieron, a la hora de juego, a su esquema más clásico 4-3-3, recuperando su fluidez habitual.
'En los partidos de eliminación directa, Pep (...) siempre se debate entre el hecho de respetar la fuerza del rival y mantener sus convicciones y un sistema en el que cree', explicó sobre el español Thomas Müller (jugador del Bayern Múnich) en febrero a The Athletic.
'Debilitó a su equipo'
'A veces lo que debemos hacer no está claro al 100%', añadía el jugador.'Un partido de eliminación directa es una final, debe jugar con sus puntos fuertes. Durante 60 minutos debilitó a su equipo', opinó Lothar Matthäus, ex Balón de Oro y comentarista de Sky en Alemania.
Guardiola, sin embargo, no parece tener la intención de hacer autocrítica en este tema.
'Conocemos esta competición, hay que ser serios en las áreas y no encajar goles (...) Las estadísticas muestran que fuimos buenos (...) pero no ha sido suficiente', comentó tras el partido.
Se puede señalar que Kyle Walker no replegó en el primer gol del Lyon, la pérdida del balón en una zona peligrosa en el segundo y, evidentemente, el increíble fallo de Raheem Sterling para hacer el 2-2 un minuto antes de que Moussa Dembélé anotara el definitivo 3-1.
Pero si Guardiola quiere volver a disfrutar de la gloria y conducir un día al City a la cima europea, necesitará mantenerse firme en sus ideas esbozadas a lo largo de toda la temporada.