Tegucigalpa, Honduras
La dirigencia del Olimpia analiza en estas horas la continuidad de Héctor Vargas en el banquillo del Rey de Copas luego de la eliminación en semifinales del Clausura a manos de Honduras Progreso.
El sábado el presidente del club, Rafael Ferrari, dijo que se estudiará lo bueno y lo malo hecho por el timonel argentino en su gestión al mando del Albo, aunque a priori se mostró contento con los resultados que ha obtenido el originario de Formosa.
Próximo a cumplir 20 años de haber llegado a Honduras (el 20 de junio), el exvolante de contención de Estudiantes de La Plata supo conducir al Blanco a sus últimos tres campeonatos ligueros y pudo romper el maleficio olimpista de no vencer a equipos de la MLS de Estados Unidos; no solo derrotó 3-1 a Portland Timbers, sino que clasificó a la ronda de cuartos de final en su primera temporada de Champions de Concacaf.
Se quedó en el camino a manos de un mejor armado Herediano de Costa Rica, con una de las más flojas actuaciones de su joyita mejor trabajada Alberth Elis.
Sin embargo su carácter explosivo frente a los medios y el no quedarse callado (aunque muchas veces fue la orden de Rafael Ferrari) sobre todo en los clásicos ante el rival de toda la vida Motagua, empezaron a desgastar su relación con el hincha, que en los últimos meses ha pedido su salida. Perder dos semifinales consecutivas (ante Motagua y Honduras de El Progreso) lo pusieron a caminar a Héctor Vargas en una especie de cuerda floja.
Proceso de renovación
Tras debutar en el banquillo más caliente de la Liga Nacional el 12 de enero de 2014, el exentrenador de clubes chicos como Hispano, Victoria, Vida y Platense supo a lo que se metía: a un equipo como Olimpia que vive de copas y no de hacer buenos papeles.
Además, la orden que llegó desde la silla presidencial no admitió desequilibrios: rebajar la plantilla y darle oportunidad a los juveniles.
Empezó la mejor etapa de los olvidados jugadores que brillaban en las reservas del León. Y la camada de Kevin álvarez, óscar Salas, Michael Chirinos, Alberth Elis, Elmer Güity y German Mejía empezó a tomar protagonismo en el equipo de las multitudes.
‘‘A los 54 años este es mi máximo desafío”, aseguraba el argentino que, casi enseguida, empezó a entrar en conflicto con el banquillo del vecino Motagua en donde también empezaba a dirigir una persona que antes bien se sentaba a tomar un café con él: Diego Vazquez.
“Que Diego vaya a llorar a la iglesia”, fue la frase que terminó por detonar la relación entre los sudamericanos, que dejaron de saludarse en los últimos clásicos. En noviembre de 2015 una pelea que inició en la cancha terminó con los dos técnicos enfrentados y expulsados...
¿Qué pesa más?
Héctor Vargas empezó a ganar campeonatos y a barrer la casa, sacando del equipo a jugadores como Ramiro Bruschi, Reinaldo Tilguath, Franz Arévalo, Jairo Puerto, Irvin Reyna, Nery Medina, Mariano Acevedo y Javier Portillo, entre otros que empezaron a bajar la planilla mensual de los Leones y se acabaron las contrataciones de primer nivel extranjero.
Gestionar el plantel le fue dando grandes resultados a la hora de jugar Liga, Copa y Concachampions, a tal punto de ganar la primera final del regreso de los torneos de copa (ante Platense), derrotar a Motagua por segunda vez en una finalísima y hacer vibrar al olimpismo con aquel juego ante Portland.
Pero las dos últimas eliminaciones abren la interrogante sobre su futuro. Hoy puede ser un día clave en el Mundo Blanco, que espera con ansias noticias sobre el destino de la institución.