Rivera, quien actualmente tiene 21 años de edad, narró en una entrevista, publicada por el medio digital Mundo Hispánico, que estuvo un año preso en un centro de detención para migrantes en Georgia, Estados Unidos.
Pese a que hoy cuenta su travesía desde Honduras, tras haber sido retornado desde Estados Unidos, Allan detalla las razones por las que tomó la decisión de abandonar su carrera como futbolista en el país y emigrar a suelo norteamericano.
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'Decidí venirme para Estados Unidos porque tuve varios altercados en Honduras. La primera vez me robaron mi primer auto, me secuestraron como a los 17 años. El año pasado me quisieron robar mi otro auto, me robaron todas mis pertenencias en mi apartamento, amenazaron a mi familia, amenazaron a mi persona. Tomé el riesgo de inmigrar porque tenía que huir, sino podía morir yo o mi familia', contó el exmundialista de la H Sub-17 en Chile 2015.
Ahora, la vida le sonríe nuevamente, pues según ha trascendido Allan Rivera sería contratado por el Real Juventud de la Liga de Ascenso, lo que significaría su regreso al fútbol profesional tras haber intentado cumplir el 'sueño americano' tomando 'la ruta de la muerte'.