Juticalpa, Olancho, Honduras
En el camerino del Juticalpa se puede ver las dos caras de la misma moneda: el equipo ya no aspira a nada y prácticamente se salvó del descenso, pero arriba tiene un hombre veneno que ha goleado más que cualquiera en estas 14 fechas: Carlos Ovidio Lanza.
Desde el barrio El Ocote de Guaimaca, el hijo de don Rudy Ovidio Lanza -un olimpista de corazón- parece estar viviendo sus últimas horas vestido de verde y en EL HERALDO cuenta uno de sus mayores anhelos en el que vendría a ser el cénit de su carrera, tras llegar en 2013 a Juticalpa luego de presentarse en sociedad en el desaparecido Municipal Silca del Ascenso.
¿Qué tal, Carlos Ovidio? ¿Contanos cómo estás viviendo este gran momento como uno de los dos goleadores del Clausura?
Sinceramente con mucha calma y bastante humildad. Por ahora solo espero seguir celebrando más para despegarme de Carlo Costly.
¿Te lo imaginabas al inicio del campeonato?
Uno como delantero se traza una meta de goles. Quiero llegar a 12, consolidar un buen torneo en lo personal y escuchar ofertas, porque se me termina el contrato al final de este certamen.
¿No se te acercó aún la directiva para negociar?
El presidente (Selvin Baquedano) se acercó para llegar a un acuerdo de renovación. Lo analizaré muy bien cuando termine el torneo, ahora no.
Mirás la campaña de Juticalpa y qué pensás, qué sentís en tu mente?
Que hicimos algo penoso, porque se logró conformar una gran plantilla y nos tocó a nosotros quedar eliminados. Siento que estamos para mejores cosas, para mejorar el torneo que viene.
¿Cómo vive el goleador el día a día: estás con tu familia o solo?
Solo. Mi familia vive en Guaimaca, así que acá andamos haciéndole una finta al calor... ja, ja... y disfrutando el fruto del trabajo semanal.
¿Ya nació el heredero de tus goles, Carlos Ovidio?
Sí, ya. Se llama Carlos Ovidio Lanza Cuadra y está a punto de cumplir tres años. Le miro pinta de goleador, porque trae la pasión por la pelota, más bien es un peligro para la tele... ja, ja, ja... solo pateando se lleva y pues me gustaría que fuera delantero y que anotara goles como su papá.
¿Qué se hace en Juticalpa para distraerse?
Me la paso en el centro donde un amigo que conocí desde que llegué a esta ciudad. Se llama Rivaldo Betulio, le dicen Tulo y es hincha de Juti y mío... ja, ja, ja.
¿Tenés carro?
No, ando en taxi o a veces a jalón con algún compañero. Me llevo con Sergio Mendoza, Víctor Moreira y Mario Girón. La ventaja es que vivo en el centro y todo me queda cerca.
¿Sos de ahorrar?
Me gusta ahorrar, porque pronto quiero hacerle una casa a mis hijos para que tengan dónde vivir. Aparte de Carlos Ovidio, tengo dos niñas: Steisy Daniela, de seis años, y Lisia Montserrat, de dos.
¿Quién es tu mejor consejero en el fútbol?
Mi padre, Rudy Ovidio Lanza, es el primero. Es hincha de Olimpia, como la mayor parte de mi familia, y es una religión que me llame antes y después de los partidos para decirme cómo me miró.
¿Y el juego ante Motagua cómo lo ves?
Lo vamos a tomar con seriedad, como si fuera una final, ya que deseamos cerrar con dignidad, así que vamos a ir a proponer.
¿Te imaginás jugando en el Nacional con otro color de camiseta?
Sí. Jugar en cualquiera de los dos equipos grandes de la capital sería un sueño, por eso estamos haciendo un buen torneo.
¿Sentís que vivís el momento justo para pensar en un traspaso?
Sí, uno de mis mejores. Finalizando contrato ojalá pueda llegar una oferta importante y también que llegue un llamado de la Selección, los goles son los que están avalando mi trabajo en el fútbol.