Tegucigalpa, Honduras
Con creces se ganó el mote de la Sombra Voladora, a punta de goles se estampó como el goleador histórico de la Selección de Honduras, supo poner muy en alto la bandera catracha en el extranjero y con sobrados merecimientos se graduó jugando un mundial: Sudáfrica 2010.
El nombre de Carlos Pavón habla por sí solo. “Tuve 20 años de fútbol y aunque hubo altibajos, fueron más las cosas buenas que las malas”, explica con su imperdible porte de goleador. Sí, ese romperredes que se inmortalizó con la H, ese mismo que se hizo entrenador y el mismo que ahora es comentarista en la cadena televisiva Univisión. Está en el país por un evento de Metromall y tuvo unos minutos para hablar con Zona.
Carlos, un gusto. ¿Qué tal esa transición de jugador a DT y a comentarista?
Es una etapa nueva de mi vida. Antes estaba de aquel lado y ahora estoy del otro, obviamente que es algo totalmente diferente, se ve el fútbol totalmente distinto y lógicamente con otros ojos. Yo soy entrenador y eso me ayuda para aprender mucho del fútbol.
Platiquemos de esa trayectoria. ¿Te faltó algo por lograr en tu carrera?
No. Salí campeón, rompí marcas que me las planteé, como ser goleador de Real España, ser goleador de la Selección... Tal vez hacer un gol en un mundial me faltó, pero llegué ya en la última etapa de mi carrera. Yo creo que la graduación es poder ser mundialista. Al fútbol le di y me dio, o sea que quedamos a mano.
¿Cuál fue el momento mágico de tu carrera?
El momento más importante y emotivo fue el gol que le hice a El Salvador, que nos clasificó al Mundial de Sudáfrica, porque fue una graduación para mí y para mis compañeros. Para mí fue un día mágico, un día inolvidable, que yo haya sido el autor del gol para que Honduras pudiera regresar a una copa del mundo fue especial.
¿Y cuál fue la mayor tristeza?
Uno de mis peores momentos fue cuando llegaron las lesiones fuertes y quería renunciar a toda una carrera. La lesión de mi rodilla que tuve en Italia fue grave y mentalmente me caí, quería tirar todo a la basura. Pero de momentos futbolísticos me supe levantar; a veces la pólvora la traía mojada, ja, ja, ja, pero es parte del fútbol.
¿Te quedó una espina que el mundial no te encontró en el top de tu carrera?
Claro. Y a muchos. Entre Corea y Japón 2002 y Alemania 2006 creo que hubiera sido el momento porque estaba en una etapa madura al igual que jugadores como Tyson y Amado... nos hubiera agarrado con 20 y tantos años. La fe de ir a un mundial nunca se perdió porque la fe mueve montañas.
Algunos sienten nostalgia cuando piensan en esa selección de 2001. ¿Te pasa lo mismo?
Sí, claro, porque un partido fue el que prácticamente nos dejó afuera, que fue el duelo contra Trinidad & Tobago en San Pedro Sula. En esa época creo que nosotros hubiéramos hecho un mundial espectacular porque estábamos en un momento bárbaro en nuestras carreras, pero el fútbol te da cachetadas para que recapacites, despiertes y sepas que nada es fácil.
¿Si te digo Tyson, qué se te viene a la mente?
Es mi hermano, con Tyson nos conocemos hace 20 años y sí me dolió muchísimo que él no estuviera en un mundial. A Milton lo quiero muchísimo y lo admiro por su carácter, su personalidad; yo soy todo lo contrario a él, somos polos opuestos... Yo lo admiro porque es una persona alegre y feliz, mientras que yo soy una persona muy lunática, a veces ando de buenas y a veces ando de malas. A veces me he encontrado con gente que me ha agarrado de malas, ja, ja, ja, entonces se lleva una mala percepción sobre mí. Tyson siempre anda contento.
¿Qué es lo que muy pocas personas saben de vos?
Mi carácter. Muchas personas tienen un concepto diferente sobre mí porque no me conocen. Yo sé que soy una figura pública, pero la misma gente me hace, es decir, dependiendo de cómo tú me trates, yo te trato; si te ríes conmigo, yo me río contigo; si no te ríes conmigo, yo no tengo porqué reírme contigo... Hay mucha gente que cree que uno tiene que andar riéndose en la calle y no es así. Tyson sí, él sí es así, pero yo no.
Honestamente, ¿te pasó factura la fama?
No soy una moneda de oro para caerle bien a todo el mundo, tengo un carácter muy fuerte, he aprendido muchísimo porque la vida te da buenos golpes, pero la persona que me conoce sabe quién soy. Desde que comencé en Real España empecé a ganar afición, pero yo siempre tuve los pies sobre la tierra, siempre quise llegar donde quise llegar. Siempre supe que iba a ser difícil, que podía tener admiradores y detractores y debía luchar contra eso.
Hablando del futuro, ¿tenés entre tus metas dirigir a la H?
Claro, cualquier jugador y cualquier entrenador desea dirigir a su selección. No me estoy postulando, solo estamos tratando de que nuestro fútbol crezca y qué mejor cosa con gente que ha sudado la camiseta, que conozca el fútbol. Obviamente hay que prepararse, sería un reto difícil, la Selección no es para cualquiera, pero hay capacidad. Eso sí, que le den todas las armas, la posibilidad y la paciencia que le dieron a Pinto, que no se la han dado a otros entrenadores.
¿Lo has platicado con Amado?
Sí, correcto, yo voy a ser el primero y él va a ser mi asistente, ja, ja, ja... yo creo que dirigir a la Selección es una meta, pero a futuro será.
¿Qué sabor te dejó la H de Pinto?
No le gustaba jugar al fútbol, le gustaba guardar el cero, se preocupaba más por defender que por atacar. No me vengan a decir que no había jugadores ni capacidad porque sí había, pero cada técnico tiene su método y sistema. Él implementó uno ultradefensivo, que hacía pocos goles, donde el delantero tenía pocas posibilidades. Lo masacraban porque Choco tenía dos y las fallaba, la gente quería que las metiera. En ese sentido debo defender a los entrenadores...