Apenas nueve meses después de vivir el peor golpe a la credibilidad de toda su historia, el congreso extraordinario de la FIFA aprobó el viernes las reformas diseñadas para erradicar la cultura de corrupción arraigada desde hace años en el fútbol mundial.
La moción se aprobó con 179 votos a favor frente a los 22 que estuvieron en contra de las enmiendas a los estatutos. De las 209 federaciones que integran el organismo, 207 tienen derecho a voto.
Tras una pausa, seguirán las elecciones a la presidencia, que postulan al jeque Salman, de Bahrein, como el próximo gran mandatario, por delante del otro candidato mejor posicionado, el actual secretario general de la UEFA, Gianni Infantino.
Pero sea quien sea el nuevo presidente, se encontrará con un nuevo paquete de medidas sobre la mesa que pretende imponer ciertas restricciones a los altos cargos, como limitar los mandatos al frente del ente rector del futbol mundial a 12 años, y controles de integridad más estrictos.
'Todos los candidatos deberán someterse a un control de elegibilidad por parte de un comité independiente', especificó el presidente de la federación canadiense y miembro de la comisión de reformas, Victor Montagliani.
Además de mayor trasparencia, los nuevos estatutos abogan por la separación de poderes: diferencian entre el consejo de la FIFA responsable de la estrategia general, de las funciones de la secretaría general, encargada de las acciones comerciales.
'Estamos unidos en nuestra intención de arreglar las cosas para que el foco vuelva a centrarse en el fútbol', declaró el presidente interino de la organización, Issa Hayatou. 'Ahora empieza la difícil tarea de recuperar la confianza perdida y mejorar nuestro propio funcionamiento'.
Las enmiendas contemplan a la vez la posible inclusión de mujeres en el comité ejecutivo y la publicación del salario anual del presidente y miembros del consejo.
Las reformas presentadas fueron supervisadas por asesores legales de la FIFA con la intención de que el organismo mantenga su condición de víctima de corrupción ante la investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos, que a lo largo del último año ha destapado muchas de las prácticas corruptas en el mundo del fútbol.
El presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, tomó la palabra antes de la votación e instó a los líderes del futbol mundial a mejorar sus estándares de gobierno. 'Están decidiendo su nueva estrategia de juego y tienen una gran oportunidad de pasar página. No pueden comparar los estándares de buen gobierno de ayer con las exigencias de hoy', declaró.
El último congreso, celebrado el pasado mayo, se vio sacudido por el arresto de siete dirigentes latinoamericanos acusados de corrupción, entre ellos dos vicepresidentes de la FIFA.
El ganador entonces fue Joseph Blatter quien, tras 17 años en el cargo, acabó renunciando pocos días después por la presión internacional, abriendo la puerta a los actuales comicios.
Blatter fue inhabilitado en diciembre por pagos irregulares al presidente de la UEFA, Michel Platini, también investigado. El comité de apelaciones de la FIFA redujo la sanción el miércoles, de ocho a seis años, para ambos.
En diciembre, Estados Unidos acusó a 27 dirigentes, entre los que hay 16 de América Central y del Sur, por la sospecha de pactar más de 200 millones de dólares en sobornos a cambio de los derechos comerciales de torneos de fútbol como la Copa América.
El objetivo de las reformas es contar con más expertos independientes supervisando cómo gana y gasta la FIFA los más de 5.000 millones de dólares que recauda con el Mundial cada cuatro años. Esa fuente de ingresos se ha visto afectada por la ausencia de nuevos patrocinadores, muy pendientes de estas elecciones presidenciales.
Quien sea elegido presidente en las próximas horas estará en el cargo un máximo de 12 años, a diferencia de las casi dos décadas de Blatter y los 24 años de su predecesor, el brasileño, ahora caído en desgracia, Joao Havelange.
El próximo mandatario no podrá prodigarse más allá de tres posibles mandatos de cuatro años, que podrían no ser consecutivos.
El congreso ratificó que Kuwait e Indonesia no pueden votar por la interferencia de sus gobiernos en las federaciones, lo que deja un total de 207 votos entre las 209 federaciones afiliadas.