Mendoza, Argentina
Diego Vazquez se despidió de Honduras para encontrarse con su familia en Argentina y descansar antes del inicio de la próxima temporada; pero el DT del bicampeón se fue sin arreglar contrato y solo espera por su renovación en el Ciclón tarde o temprano.
Ya en Mendoza, el periodista Gustavo Privitera, del Diario Uno, entrevistó a la Barbie, que confesó su intención de llegar a dirigir en la Primera División de su país.
La Barbie en Diario Uno
El hombre de a poco se está convirtiendo en un innato ganador de títulos. Ya se acostumbró a ganar en el Motagua hondureño. El entrenador Diego Martín Vazquez (45) se adjudicó el Torneo Clausura con su equipo, tras vencer en la segunda final a Honduras de El Progreso por 3-0 (7-1 global), de local.
“Ahora tengo el desafío de la Concachampions y de lograr el tricampeonato”, confió el entrenador del Ciclón.
La Barbie, aquel arquero que jugó en los clubes Atlético San Martín e Independiente Rivadavia, es bicampeón con su actual club y acumula tres campeonatos en ese conjunto, ya que también había logrado los Apertura 2014 y 2016. Toda una aventura futbolística.
Como futbolista consiguió con la entidad motagüense los Apertura 97, 99 y 2001 y los Clausura 98 y 2000.
Vázquez, ex-Marathón, Universidad, Valencia, Vida, Victoria y Deportes Savio, todos de Honduras, describió sus sensaciones: “Estoy contento, después del partido estuvimos festejando con mis hijos, con la familia, con los dirigentes y con todo el plantel. Digamos que fue una celebración especial porque fue un bicampeonato”.
Argumentó: “Primero es difícil llegar a una final, acá hay equipos con un mayor presupuesto, por ejemplo el Real España que hace siete torneos que ni siquiera puede llegar a la final. Nosotros llegamos a cinco consecutivas y hemos ganado tres”.
Y siguió: “El bicampeonato se lo dedico a mi vieja, que hace poquito falleció. Quiero agradecerle por todo porque la madre es lo más sagrado. También va para mis hermanos y mis hijos”, dijo el personaje que regaló a la hinchada el traje azul de su cábala.
La gran diferencia con Honduras de El Progreso en la serie final fue otro punto que tocó el ex-River (no llegó a actuar en Primera): “Ganamos la serie 7-1, fuimos altamente superiores, en su cancha les ganamos 4 a 1. Los superamos, hicimos un fútbol muy bueno, con mucha presión alta y tuvimos una de las defensas menos goleadas”.
Y continuó diciendo: “Tenemos un equipo bastante completo y con un grupo que hace siete torneos que está en un equipo grande y con una base. Se adaptaron a la idea que tenemos del fútbol”.
Enseguida se refirió a su pasión por los clubes de Mendoza: “A Independiente, San Martín y a los equipos de la ciudad los sigo por Internet; trajimos a tres jugadores argentinos, a uno lo vi en una final en Entre Ríos, que es el arquero Jonathan Rougier, tenemos a Martín Pucheta, que estaba en Maipú, y a Santiago Vergara, de Neuquén”.
Y luego contó una anécdota de cuando era chico: “Siempre me escapaba en la escuela, jugaba en los recreos, me acuerdo que mi hermano me agarraba a pelotazos contra una pared y creo que de ahí empecé a ser arquero. Son los recuerdos de una infancia muy feliz y muy sana”.
El remate fue contundente: “Tengo la ilusión de dirigir en mi país, no en el futuro inmediato”, aceptó.
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El dolor de la final
Antes del encuentro entre Motagua y Honduras de El Progreso, disputado en el Estadio Nacional de Tegucigalpa, hubo cuatro muertos durante una avalancha de hinchas que se provocó en uno de los portones de la vieja cancha.
Según dijo la prensa, una de las víctimas fue el utilero del Motagua de veteranos, Carlos Alfonso Torres Mendoza, de 58 años. Sobre lo sucedido, Vazquez se mostró compungido: “Lo sentimos por los familiares de las personas fallecidas, es doloroso. Nosotros iniciamos el juego y no sabíamos lo que había pasado”, explicó en diálogo con un diario digital del país.
