Lector vicioso y amante de la táctica pura, Diego Vazquez ha superado mil tempestades y el domingo dio la última brazada para llegar a tierra firme; ahí puso la bandera del bicampeonato y escribió su nombre en letras de oro.
Ahora todos hablan de él, más cosas buenas que malas. “Ha superado con creces las expectativas”, empieza diciendo Gilberto Yearwood, técnico campeón con Motagua en el Apertura 01.
Desde que debutara el 12 de enero de 2014 en un Savio 0-1 Motagua en Copán, la Barbie ha dirigido al equipo del que es hincha en 156 partidos y sumado tres títulos.
“Recordemos que cuando Diego empieza a dirigir en 2014, habían pasado seis entrenadores sin poder lograr la copa 13 y en tres años y cuatro meses ha logrado tres títulos para el Ciclón. Hay que destacar su gran papel”, resume el exvolante uruguayo álvaro Izquierdo, quien lo tuvo a DV cuando fue asistente técnico en el Mimado.
Desde afuera también se dimensiona la figura que se ilumina en el mundo azul, la misma que en 2015 estuvo a punto de ser dado de baja del club tras perder la final ante Olimpia y llenarse de nubes el proyecto que empezó a liderar la familia Atala tras la intempestiva salida de los Gutiérrez, involucrados en actos de corrupción en junio.
Diego ambicioso...
Una gloria del club también se une a la plática: ángel Antonio Obando, el ariete de los 72 goles en el Azul, entiende lo que ha hecho Diego.
“Ha manejado bien el grupo, recordemos que lo agarró en séptimo y poco a poco fue estructurando su equipo... por eso la gente que él llevó le ha respondido”, expresó el hombre que le puso su propio corolario: “Diego ha hecho que nos sintamos de nuevo orgullosos del Motagua”.
Desde la raya de cal, el de Mendoza ha puesto cara de perro a los apóstoles del fracaso y levantado tres copas hasta en contra de los pronósticos de algunos periodistas, que incluso le cuestionaban su título de la AFA.
“Muchos dicen que ganar títulos con Olimpia y Motagua es fácil, pero no es cierto. Hay que trabajar y Diego ha demostrado un crecimiento importante con esa camada de jugadores que él ha venido trabajando hasta lograr los campeonatos”, asegura Héctor Castellón, uno de los pocos entrenadores (junto a Héctor Vargas) que le quitó a Diego la gloria en una final.
Para escribir el epílogo de este loco que jugaba de pelo largo y ahora dirige de elegante saco y pelo corto, Zona llama a Chelato Uclés, quien dirigió a la Barbie en 2000.
El Maestro tiene claros los momentos cuando el golero se sentaba en la primera fila en las charlas técnicas y “era acucioso, preguntaba... supuse que sería un buen DT”.
- Y vaya que no se equivocó, Maestro. ¿Qué es lo que mejor le ve al Diego técnico?
- Lo primero es que su equipo tiene fútbol y eso es lo que defiendo yo; su equipo propicia muchas llegadas y eso es un buen síntoma. Tiene una línea de juego positiva.
- Que en el banquillo se mira tranquilo, no se descontrola, tiene aplomo y además sabe superar crisis, se supo recuperar de malas rachas y ganó partidos clave cuando todo el mundo se le venía encima.
- ¿Le ha pedido algún consejo Diego Vazquez?
- Antes de agarrar a Motagua me buscó y le di consejos. Es un muchacho ávido de aprender, con muchas ambiciones.
Diego Vazquez llegó a la cúspide tras tres años de puro trabajo. Edwin Pavón dice que el mejor equipo de Honduras en los últimos años es el Motagua y Mateo Yibrín (expresidente de Real España) lo puso en calidad de “referente de los técnicos de la Liga, es inteligente y efectivo”.
Sus detractores guardan silencio y se esconden detrás de la cornisa. El hombre de moda es Diego, el fenómeno del que todos en Honduras hablan y alaban.