Desde este martes por la mañana se puede revisar en la Oficina de Atención al Barcelonista (ubicada en el Camp Nou) el acuerdo de conformidad entre el Barcelona y la Fiscalía por el caso Neymar.
Tras éste, el expresidente Sandro Rosell y el actual máximo dirigente del club, Josep María Bartomeu, quedaron exonerados de culpa, aunque sí que el club quedó condenado a tener que pagar 5.5 millones de euros a Hacienda derivada de la compra del jugador del Santos.
El club azulgrana reconoció que “el contrato y pago se realizaron con la intención de ocultar la verdadera operación realizada, con el consecuente incumplimiento de la obligación tributaria de retención y correlativo ingreso al Erario Público español que debía abonar el Barcelona.
En esa época, el jugador Neymar era residente en Brasil por lo que los impuestos correspondientes a la percepción de su renta, al no ser residente en España, tenía que haber sido retenidos íntegramente e ingresados a la Hacienda Pública”. Así, estos movimientos tenían “el fin de abaratar los costes de la operación”. Este recocimiento indignó a muchos seguidores del club en las redes sociales.
Además reconocen que buscaban “eludir o minorar subrepticiamente la tributación a Hacienda en la que el Club estaba sujeto como obligado tributario.
Por este motivo se decidió otorgar unos contratos con sociedades directamente vinculadas a la familia del futbolista, simulando el objeto real de los pagos, que en realidad no era el formalmente declarado en los mismos, sino encubrir las auténticas retribuciones al jugador”.