Tegucigalpa, Honduras
La sangre azul de Júnior Izaguirre sabe de títulos como de grandeza. “Entré siendo campeón con la Premosco a los siete años y salgo orgullosamente campeón de Primera a los 37. Es una gran bendición”, dice en medio de una sonrisa de satisfacción el último gran capitán del Ciclón, que desde enero del año pasado empezó a fraguar su retiro, finalmente confirmado al mismo tiempo que levantaba la copa 14 en Cortés...
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Citado por Zona, llegó a la entrevista ya sin los cortos, con un pantalón de mezclilla, una camisa azul profundo y el gafete que empezó a usar desde inicios de 2000; “fui uno de los capitanes más jóvenes en la historia del club”, recuerda el orgullo de Buenos Aires, ahí donde comenzó a formarse como jugador en las potras del barrio, a las que ahora volverá sin la presión del profesionalismo...
¿Por qué decide retirarse Júnior, cuándo dice “ya es hora de colgar los tacos”?
Ya lo venía hablando con la familia desde 2015 y habíamos planificado que 2016 iba a ser el último año de mi carrera y llegó el momento, ese día tan difícil en la vida de cualquier jugador.
¿Pero no es que sentía presión de la gente?
Para nada, inclusive Pedro Atala me llamó antes de iniciar la pretemporada del Apertura y me preguntó qué sentía. Le dije que el Apertura iba a ser mi último campeonato y gracias a Dios pude cumplir mi sueño de retirarme siendo campeón.
Siempre decía que se iba a retirar cuando las piernas no le dieran...
Sí, pero físicamente estoy bastante bien por todo lo que me he cuidado en mi vida, no he tenido lesiones graves en los últimos años, solo la de 2003 que me apartó ocho meses y medio del fútbol.
Pero ya lo veníamos analizando y qué mejor momento que irme con ese título, mi séptima copa en esta carrera.
¿Quería jugar algunos minutos en Cortés?
Siempre entrené y jugué cada partido como si fuese el último. Y en ese sentido estoy tranquilo, siempre lo dejé todo y pues la vida decidió que mi último partido fuera contra Platense, el 4-2 de las vueltas en Tegucigalpa.
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¿Quién le dio la copa 14 en Puerto Cortés?
Juan Pablo Montes (capitán de la final) me dijo que la recibiera yo. Igual, fue un gesto de todos los compañeros, el Chino Discua, Reinieri Mayorquín, Irvin Reyna, Marco Tulio Vega y Marlon Licona ya me habían dicho que yo iba a levantar la copa y fue una gran alegría para mí.
¿Lloró en algún momento?
Sí, tuve sentimientos encontrados por la felicidad de la copa y la tristeza de mi última vez como profesional. Pero fueron más las lágrimas de alegría, porque Motagua siempre fue lo más importante.
¿Cómo vivió esa última semana?
Desde enero de 2016 ya la venía visualizando, pero siempre hice lo mismo: disfrutar cada momento del fútbol, como lo hice desde la premosco, cada concentración, cada entreno, cada partido, cada viaje a Amarateca. La última semana de mi carrera fue igual.
Que Motagua fuera campeón fue algo inexplicable para muchos. ¿Cómo lo analiza usted?
Fue un torneo complicado por las expulsiones, las lesiones, los llamados a la Selección, partidos que perdimos. Pero adentro del grupo estábamos convencidos de nuestra capacidad y la unión de grupo pesó más, nos defendimos a muerte y en los momentos difíciles miramos el verdadero sentido de conjunto. Fuimos muy positivos en todo momento.
Con ese milagroso pase ante Marathón, ¿no?
Sí. Dios nos dio esa clasificación, porque perdíamos el pase en los últimos minutos.
Hablemos del ayer. ¿Quién fue el primer entrenador de su carrera?
Curiosamente está en el vecino: Óscar Salgado me llevó a Motagua. Éramos vecinos en Buenos Aires y me dijo que me fuera a las inferiores de Motagua. Ahí me entrenó en todas las categorías e incluso en Primera División.
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Usted estuvo para la copa del torneo 97, pero sin jugar, ¿no es así?
En ese torneo nos habían subido a Primera junto a Pancho Ra, pero yo le dije al Primitivo Maradiaga que no podía dejar los estudios y me comprendió y me dio la oportunidad para el siguiente torneo, que fue el campeonato del Mitch. Ahí ya había terminado de estudiar y el Primi siempre confió en mí.
¿Los mejores entrenadores en su carrera?
Me marcaron Óscar Salgado, aprendí mucho de mi tío Alfonso Navarro, Chelato Uclés, Rubén Guifarro, el Primi Maradiaga, José Treviño y Diego Vazquez. De todos aprendí muchísimo.
¿Tres momentos especiales que no olvidará?
Tres son muy pocos... ja, ja, ja. Los títulos ganados, el debut contra Real España en un 0 a 0. La Copa América con la Selección Nacional. Recuerdo que para el Mundial de Nigeria Chelato Uclés me dio el número “4” y desde ahí lo mantuve hasta el final.
¿Guarda los uniformes que ha usado, Júnior?
De las menores mi madre tiene algunas camisetas; de Primera, algunas las tengo guardadas de recuerdo porque espero hacer un salón especial en mi casa.