Ya en febrero de ese año Chelato Uclés había devuelto a la H a las finales centroamericanas, aunque Costa Rica de nuevo le quitaba el dulce de la boca al conquistar la Uncaf en penales.
Otro grupo sin apoyo
A la máxima cita de la Concacaf, la Bicolor llegaba con un sabor agridulce en la boca y con una generación liderada por los artilleros Wilmer Velásquez y Milton el Tyson Núñez que tenía ganas de borrar los terribles tragos amargos que le había producido la Sele tica.
“Llegamos solo con un juego de fogueo (victoria 2-1 a Canadá) y una semana de concentración en Tegucigalpa”, trae a su memoria el Maestro, que a sus 78 años todavía no anuncia su retiro de los banquillos; “además, solo llamé jugadores locales a esa Selección, el único que estaba en Estados Unidos, pero sin jugar, era Samuel Caballero, quien se unió a nosotros en Miami para empezar a entrenar y lo metimos de titular hasta el tercer partido”, sumó.
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Contra todos los pronósticos, pero jugando un fútbol abierto y alegre, la Bicolor dejaba en el camino a Trinidad y Tobago, a la Colombia de Reinaldo Rueda y a Panamá para sacar boleto en cuartos de final precisamente contra los de Alexandre Guimaraes.
Se reeditaba el clásico centroamericano y Chelato Uclés sabía que “no podíamos desilusionar más a la afición, la gente se merecía una alegría”.
En la previa, el Maestro pidió a Salvador Nasralla, director de deportes de Televicentro, el video del juego de la primera fase entre Costa Rica y EE UU y analizó el punto débil de los ticos: la salida desde el fondo.
“Ordené un pressing alto y fue impresionante cómo los complicamos”, sonríe el DT. “Y eso que no habíamos trabajado mucho la parte física porque hasta el final nombraron a Duván Ramírez (PF colombiano)”, agrega. Wilmer el Matador Velásquez, Dani Turcios y Milton el Tyson Núñez pusieron el 3 a 0 apenas en 29 minutos.
Y aunque los ticos adobaron el juego con pimienta (se acercaron con las anotaciones de Cristian Bolaños y Bryan Ruiz) el sello a semifinales fue estampado en el pasaporte catracho. “Ganamos a pura estrategia ese clásico”.Esos seis minutos...
Saldada esa deuda, el destino ahora ponía cara a cara a catrachos y gringos en disputa por un lugar en la gran final.
En el Giants Stadium de East Rutherford acabó el sueño bicolor después de seis minutos fatídicos en el ocaso de un juego que la H ganaba 1-0 con el grito de Iván Guerrero al 30.
“Sabía que ellos tenían un líbero que andaba fuera de forma: Oguchi Onyewu.
Y antes de iniciar el juego les dije a mis volantes que aprovecharan eso, que era un tronco... así cayó el gol de Iván Guerrero”, rememora Chelato Uclés. Pero una lesión hizo que Bruce Arena modificara su zona baja: ingresó Frankie Hejduk y Onyewu pasó a ser estoper derecho.
“¡Qué mala suerte la nuestra!... Estados Unidos se recompuso con esa modificación y a nosotros nos empezó a costar más la llegada”, lamenta José de la Paz Herrera, que fue felicitado por Bruce Arena al finalizar el juego.
“Hicimos un gran partido esa vez, pero al final siento que prevaleció el poderío físico de los norteamericanos... pero de todas maneras la Selección Nacional cumplió con el objetivo de llegar hasta las últimas consecuencias”, concluyó el Maestro, que todavía no olvida aquellas dolorosas puñaladas de John O’Brien (al 86) y Oguchi Onyewu (al 90+2) que le dieron vuelta a un juego loco que difícilmente será olvidado de la retina del hincha.
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