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Estadio de Brasilia, usado como estacionamiento de buses un año después del Mundial

El Mané Garrincha fue sede de siete partidos, entre ellos el Holanda-Brasil por el tercer puesto. Costó 410 millones de euros y ahora está infrautilizado.

10.03.2015

Brasilia, Brasil

Muy poco fútbol se juega en el estadio de Brasilia, el más costoso de las 12 sedes del Mundial 2014: en la actualidad sirve de estacionamiento de buses y pronto acogerá oficinas gubernamentales.

La reforma del Estadio Nacional Mané Garrincha costó unos 460 millones de dólares para recibir siete juegos del Mundial el año pasado.

Pero desde el partido por el tercer lugar, en el que Brasil fue goleado 3-0 por Holanda, el Mané se coloca con preocupación la etiqueta de 'elefante blanco', sin equipos de peso que puedan llenar las 72,000 sillas de sus tribunas.

Está previsto que este estadio sea usado en 2016 como una de las sedes del torneo de fútbol de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro.

Pero mientras, sin mucho fútbol que presentar, las autoridades recuerdan que el Mané Garrincha es una instalación 'multiuso' y han buscando estirar el término al máximo.

Parte del estacionamiento del estadio es usado por una línea de buses suburbanos, que aparcan allí por unas dos o tres horas entre cada recorrido. Las autoridades aclaran que no es un garaje permanente y que las unidades nunca duermen en el lugar.

Los conductores 'sólo esperan allí su horario y salen. No hay un garaje, una estación o mecánicos. Se estacionan allí para ahorrar combustible y contaminar menos' dando vueltas mientras llega su turno para ir a la terminal, explicó a la AFP una vocera del gobierno del Distrito Federal.

La portavoz informó además que tres secretarías del gobierno del DF, incluida la de Deportes, instalarán sus oficinas dentro del estadio. 'Son entre 300 a 400 personas' las que pasarían a trabajar dentro del Mané Garrincha, precisó.

El alquiler de estas oficinas generaría 3.3 millones, casi siete veces más de los 500,000 que recaudó desde su reinauguración en mayo de 2013.

El alquiler de parte del estadio ayudará además a costear los gastos de mantenimiento mensuales, estimados en 200,000.

El estadio costó tres veces su presupuesto inicial y es el segundo más caro del mundo, después del Wembley de Londres.

Según el tribunal de cuentas del DF (ente fiscalizador), la recuperación de los 1.400 millones de reales de los cofres públicos invertidos en la remodelación del estadio para el Mundial tomaría más de 1.000 años, al ritmo de uso de los últimos meses.

Un vocero del estadio dijo por su parte que hay discusiones para organizar juegos de la próxima temporada de la primera división en Brasilia, como ya se hizo el año pasado.