Toluca, México.- La ilusión de acabar con México se convirtió en pesadilla y terminamos de rodillas, goleados y humillados en la altura de Toluca. Lo del viernes pasado en el estadio Morazán fue un espejismo. Los charros nos pusieron el pie en el cuello y nos aplicaron un doloroso 4-0 que nos mandó a repescar para ir a Copa Oro.
Reinaldo Rueda planteó un partido muy bien hasta el cierre del primer tiempo. México fue amo y dueño del partido y nos salvamos por los postes y la mala puntería de los aztecas que entraron ansiosos hasta el primer gol.
Honduras hizo poco, apenas un remate de Edwin Rodríguez que obligó a volar a Malagón. Después fue correr detrás de la pelota. De forma increíble, Arboleda se quedó peleando más con el árbitro y los mexicanos ya que lo marcaron bastante escalonado.
En ocho minutos de partido, Edson Álvarez, Luis Romo y Alexis Vega, bombardearon a Edrick Menjívar que de forma monumental respondió con tapadas que silenciaron el Nemesio Díez.
México mereció, peleó cada pelota, Honduras fue a jugar a defenderse, esperaban en su propio campo y así fue imposible responderle a un equipo que circuló a su antojo la pelota. Deybi Flores y Arriaga fueron los que más valor pusieron en la marca, Edwin Rodríguez y Álvarez jugando con la pelota, pero la soledad del ataque imposibilitó para que la Bicolor carburara en la altura.
Cuando todo estaba saliendo bien, sin gol, un descuido en la marca de Andy Nájar que dejó centrar a Alexis Gutiérrez quien centró a plenitud donde apareció Raúl Jiménez en el segundo poste para empujarla ante la displicente marca de Luis Vega que se fue en blanco.
Así terminó un primer tiempo de sufrimiento. Pero lo peor estaba por venir en el complemento cuando Rueda movió el tablero con un cambio que inclinó la balanza. Juan Carlos Obregón quien ingresó por Luis Palma, pero se ahogó con la altura y fue un fiasco donde desconfiguró el juego.
Iniciando el complemento, vino la segunda puñalada de México cuando tras un cobro de tiro de esquina de Alexis Vega, apareció solito, sin marca el delantero del América Henry Martin para poner el 2-0 al cerrar la pinza.
México fue un vendaval. Aprovechó el miedo de los nuestros a quienes la altura, combinada por el ambiente del infierno y los sueños, se cayeron a pedazos.
Desde el minuto 79, Honduras no existió, se metió atrás como un boxeador noqueado que se sacude en las cuerdas, esperando tirar la toalla. Javier Aguirre guardó sus mejores hombres para el final y no fallaron. Honduras apenas respondió con un remate de Edwin Rodríguez en un mano a mano, pero solo fue eso, alegrón que despertó la furia mexicana que nos remató.
Jorge Sánchez, lateral mexicano que fue bailado por Palma en el Morazán, ingresó para hacer el tercero de forma plena tras bajar la pelota sin marca y cruzar al portero Edrick Menjívar.
Y para rematar, tras un zafarrancho donde golpearon al preparador físico de la H, Lo Tártaro con un proyectil lanzado desde la tribuna, se vino un cierre de terror que enterró los sueños.
Kervin Arriaga cometió penal y Henry Martin firmó el definitivo para borrarnos de Concacaf.