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Jenny Fernández: “Mi papá me despertó esa pasión por el fútbol”

Conoce la historia de una las mujeres pioneras en el periodismo deportivo en Honduras; descubre cómo se convirtió en la primera catracha en pertenecer a la cadena internacional ESPN en esta entrevista exclusiva para EL HERALDO
06.03.2022

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El amor que sentía por el fútbol don Manuel de Jesús Fernández, padre de Jenny Carolina Fernández Erazo, fue la luz que iluminó el camino de una de las más destacadas periodistas deportivas en Honduras.

Sampedrana de nacimiento, pero con raíces en Santa Bárbara y Tegucigalpa, Jenny siempre soñó con ser licenciada en Administración de empresas y de hecho lo logró. En dos años y medio -tiempo récord- ya tenía en sus manos el primer título universitario. Sin embargo, los números no serían lo suyo, pues las cámaras y los micrófonos se convertirían en sus aliados y ahora ya suma más de 20 años de carrera periodística.

Autodefiniéndose como una mujer de retos, Jenny nos confesó algunos datos que desconocías sobre su vida. La Calculadora Deportiva de El HERALDO los comparte a continuación.

¡Que la disfruten!

¿Ya son más de 20 años de carrera periodística?

Sí, hola Roberto, gracias por la invitación. Debo decir y confesar que estoy nerviosa... Y es que Roberto le hace a uno unas preguntas que lo ponen a temblar, jejeje. Siempre es un gusto compartir con ustedes. Sí, ya días, me parece que fue ayer, pero es que el tiempo pasa rápido. Tampoco es que se crean que soy tan viejita, no, no, no... Comencé bien chica, dos décadas de carrera deportiva, todo inició como un hobby -actividad- y se convirtió en pasión y más que trabajo es un estilo de vida.

¿Siempre soñó con ser periodista deportiva?

Siempre tuve la pasión por el deporte, eso está claro, pensaba por qué en mi familia no hay antecedentes de alguien que haya trabajado en televisión. Me gustaba ver programas deportivos y todo lo que tuviera que ver con el deporte, eso fue siempre lo que yo seguía. Soy licenciada en administración de empresas y también en Ciencias de la Comunicación. Me encantan los números y la administración, pero la televisión fue como despertando ese gusanito en mí. Es como una adrenalina que te va jalando y te va gustando y decís ‘me gusta esto, pero creo que también me podría gustar lo otro’. Entonces no fue como de inicio ‘¡Ey! Voy a ser presentadora en televisión’, pero sí dije: ‘Me gustaría, ¿será que puedo?¿será que tengo el talento?’, y bueno, parece que sí lo tenía, jajaja.

¿Cómo fue su primera experiencia frente a una cámara?

Yo estaba en un partido de Olimpia y Platense en Puerto Córtes, por eso la gente piensa que yo soy Platense, pero no. En ese momento el señor Américo Navarrete, uno de los pioneros de la televisión hondureña en grabar ambientes y cosas así, hacía reportajes para su programa. Él me vio y comenzó a grabar, yo estaba pequeña, tenía 15 años, jajaja. Mi papá comenzó a hablar con él porque era seguidor de él, era fan de él, y le dice ‘tiene una hija muy bonita, tiene un buen perfil para televisión’... yo lo estaba viendo en la cámara y le dice mi papá: ‘no pero ella no, en mi familia no hay nadie que haga televisión’. ‘¿No quisiera ella incursionar en televisión?’, ‘pues no sé Carolina’. Mi papá solo así me dice. ¡Esa es otra revelación, jajaja! Y me dice mi papá: ‘¿no quisieras trabajar en televisión?’... y yo: ‘nunca lo he hecho y él ‘vente, has un casting en San Pedro Sula y miremos qué tal te va, solo es presentar unas notitas’. Yo dije: ‘ah, bueno, me parece interesante’. Soy una mujer de retos, desde pequeña siempre demostré qué puedo hacer.

¿Don Manuel fue la puerta para entrar al periodismo?

Más fue más su iniciativa, él me daba autorización de hacer cosas. Mis papás siempre estuvieron ahí, a estas alturas de la vida todavía lo siguen estando. Así fue como comenzó todo: hice un casting, temblaba, pero ese día descubrí que me gustaba esa adrenalina. Me gustaba lo que se siente segundos antes de ver esa lucecita roja de la cámara. Esa adrenalina te hace despertar y, en lo personal, me hace sentir viva. Nunca me incomodó hablar frente a una cámara.

Debut con 15 años

¿El primer tema del que habló en televisión?

Tenía 15 años y justo mi primer tema fue Olimpia, jajaja. Describí cómo era el equipo que movía las masas en aquel entonces en Honduras. Recuerdo que el Nacional era una locura. Mi papá venía de San Pedro Sula a ver un clásico por el ambiente. Siendo Marathón mi papá, venimos a ver un clásico entre Olimpia y Motagua en la capital. Fue él quien me despertó esa pasión por el fútbol.

¿Qué paso con el sueño de ser administradora?

Terminé la carrera en dos años y medio, jajaja... era una adicta al estudio. Termino rápido mi carrera y después se da la oportunidad de ir a Sula Visión -un canal de sistema de cable en San Pedro Sula- y ahí ya tomo eso como una profesión. Necesitaba una carrera equivalente y por eso saqué la licenciatura en Ciencias de la Comunicación.

¿Originaria de San Pedro Sula?

Sí, pero la gente no me cree que soy sampedrana, jeje, pero es que tengo una mezcla interesante... mi mamá es capitalina y mi papá es de Santa Bárbara.

¿Cómo fue su infancia?

Somos una familia grande. Somos siete hermanos, los mayores son varones y tres mujeres. Yo soy la más pequeña de las mujeres, soy la consentida, jajaja. Fue muy buena y si tengo algo claro de ellos es que siempre me inculcaron valores, el amor hacia los demás y respeto inmenso por la familia, para mí no hay nada más importante que la familia, sobre cualquier cosa está la familia, va a ser tu sangre toda la vida. Esa unidad la tengo marcada como parte de mi ADN. Lo que ellos me enseñaron me permitió ser la persona que ahora soy.

¿Una infancia tranquila?

Sí, gracias a Dios. No es que nos dieron lujos, pero sí lo necesario para estudiar y tener lo necesario. Recuerdo que desde que estoy en la escuela mi papá me llevaba y me traía. En el colegio fue igual. Estudié en un colegio de mujeres, en la universidad igual, él me iba a dejar y a traer.

¿O sea que no tuvo novio en su época como estudiante?

Eso no existía en mi casa, eso era la muerte para mí, jajaja. Hasta que entré en la universidad me dejó tener mi primer novio. Ya con 21 años mi mamá le decía: ‘ya dejala’.

¿A quién admiraba Jenny en los medios?

Crecí viendo a una de las que ahora es mi amiga, Kenia Torres. Justo cuando yo comencé, ella había comenzado uno o dos años antes. Yo leía las crónicas de ella cuando trabajaba en Diario Tiempo y luego la miraba en televisión. Fuimos como contemporáneas y decía: ’lo hace bien, me gusta con la autoridad que habla, con la propiedad’... Y ahora el fútbol y la vida nos vuelve a encontrar frente a una pantalla. A nivel internacional admiraba mucho a las presentadoras de ESPN, Carolina Guillén, que fue una de las mujeres de gran trayectoria, es una gran referente y formadora. Tuve la oportunidad de conocer a Carolina y yo decía: ‘bueno, es mi ídola’. Tuve la oportunidad de conocerla cuando llegué a ESPN y te das cuenta que es una mujer impresionante, que te puede enseñar, acuerpar, que no hay egoísmo. Cuando sales, te das cuenta Roberto, que entre las mujeres, cuando estás en un nivel y has entendido muchas cosas, querés que la otra también triunfe. Yo sé lo que cuesta llegar aquí, a mí me costó un mundo, insultos, comentarios negativos, muy poca gente me daba el beneficio de la duda.

¿Cómo evalúa a la mujer en el periodismo deportivo?

A mí me parece muy propositiva porque se le está dando oportunidad. Creo que la mujer ha demostrado que no solo es figura, que no solo es cuerpo o cara. Claro, tenés que tener algo de eso para televisión, pero en otros medios o plataformas no lo necesitas si sos bueno escribiendo, comentando o en radio también tenés esa apertura. Me parece que ha sido muy productiva. Hoy veo a muchas chicas y de verdad que me siento feliz y si tengo la oportunidad de enseñar y ayudar y darle la mano a alguien, lo voy hacer, porque cuando yo inicié en San Pedro no tenía quién me enseñara a hacer las cosas. Me encontré a algunos compañeros que decían: ‘Y esta güirra qué viene a hacer acá’. La mayor barrera que tiene una mujer ahora mismo es uno mismo.

¿Esa ha sido su mayor lucha en el periodismo deportivo?

Sí. Para que cataloguen como una analista o alguien que sabe y que tiene un concepto claro de lo que está hablando, tenés que tener credibilidad y me parece que es lo más difícil para una mujer, porque un hombre fácil, habla bien, utiliza los términos y ya, tiene credibilidad, pero una mujer no. Tenés que pasar muchísimas barreras para decir ‘sí sabe’. Después de 12 años logré tener un poco de credibilidad, ¿pero cuánto me costó?

¿Cómo se da el vínculo con ESPN?

Eso es como nadar entre tiburones, es así. Es una compañía extraordinaria. ¿Cómo se dá? Hacen un casting aquí en Honduras, antes había una persona que estaba más para corresponsal, pero era más para radio y las plataformas digitales. ESPN quería un corresponsal saliendo en pantalla para cada país, vienen a Honduras, hacen un casting de 10 personas y obviamente me recomiendan a través de Diario Diez y me dicen: ‘Mirá, tenés perfil de televisión, tenés trayectoria, experiencia y además ya tenía la cobertura periodística del Mundial de Brasil, Juegos Olímpicos. El productor me dice: ‘vamos en vivo con Jorge Ramos y su banda y no hay tiempo. Lo vamos hacer desde el Parque Central de San Pedro Sula, a las 2 de la tarde’. Yo llegué con mi blazer, pero realmente no sabía que iba a estar en vivo. Recuerdo que me dijo el productor general del proyecto: ‘Jorge no es partidario de tener mujeres en el programa, considera que no están capacitadas para sentarse en su mesa a analizar ‘. Yo lo entendí, que era para ponerme una presión de entrada y el reto fue mayor. Me dijo nuevamente el productor: ‘Jorge te va a atacar, no preparés un contraataque, prepará un ataqué, tenés 10 minutos’. Entonces cuando salí en vivo, después de hacer el saludo, le dije: ‘Sé que usted es uruguayo y escéptico de las cosas buenas que se puedan hacer en Centroamérica y usted siempre habla de las mañas de los centroamericanos, pero a usted se le olvida que los uruguayos tienen una mañitas medio raras ahí en Sudamérica’. Cuando yo digo eso, él queda en shock en vivo y luego dice: ‘A mí me parece que la producción la ha afilado, pero está bien, me ha convencido, me ha bajado los decibeles. Creo que no es el momento de ponernos a debatir”. La charla fue muy buena, que al siguiente día me volvieron a llamar para decirme que el puesto era mío.

¿Cuál ha sido la mejor cobertura con ESPN?

Yo creo que fue la última Copa Oro por lo que sucedió con pandemia. Era la primera cobertura de ESPN post-pandemia. Es una empresa muy seria, ellos no exponen a su talento, no enviaban a nadie de viaje, no existía eso. Fui la única centroamericana que llevó Estados Unidos un mes a cubrir todo el torneo, no solo era Honduras, fue todo el torneo. El trato ha sido impresionante, trabajar a esos niveles, te das cuenta que no es casualidad, tenés que tener un conocimiento no solo de tu selección y conocimiento amplio, estar preparado para lo que te manden. Recuerdo que me tocó seguir a Qatar finalmente en semifinales ante Estados Unidos y yo tenía que saber todo sobre Qatar.

¿Sueña con alguna cobertura?

No sé. Yo no sé sí hay un límite, porque después de una cobertura del mundo o juegos Olímpicos, siempre te vas exigiendo y poniendo metas y porque no estar en Qatar y hacer una cobertura aunque tu selección no esté ahí.

¿Se ve Jenny en el Mundial de Qatar?

Vamos a ver qué sucede, jeje. Es uno de los proyectos, pueden haber sorpresas este año.

¿Cuál es su máximo temor en la vida?

No poder contar con mis padres y no poder disfrutar de todo lo bueno que me pasa. Creo que soy bendecida y tengo esa gracia de Dios conmigo.

¿Sueña con hijos? ¿soltera?

Estoy soltera, pero no disponible, jajaja. Ahora estoy enfocada en este proyecto nuevo con Diario Diez a nivel de producción. Pero sí, deseo casarme, tener hijos, dos está bien, jajaja, y una familia.

¿Qué representa Dios en su vida?

Es fundamental, sin Dios no soy nada. También gracias a mis padres. Muchos pensarían ‘no es tan creyente porque no pasa subiendo publicaciones cristianas’... no es lo que subís, no es lo que publicás, es lo que tenés en tu corazón. Podés predicar más con el ejemplo que con un post en las redes sociales. Si sos una persona leal, recta, con principios, demuestra más lo buena persona o buen ejemplo que otra persona que pasa publicando cosas que no coinciden con sus acciones. En estos últimos años he visto la mano de Él que no imaginaba. Cada vez que pienso que lo tengo todo planificado, Él viene y dice ‘esto no va así’ y lo cambia y le agradezco porque me ha sacado de lugares donde no tenía que haber estado, donde estaba estancada. Ya ahora entiendo el por qué. Sus planes y sus tiempos son perfectos.