'Qué tal, cómo están', nos saluda en Nordic Coffe mientras estrecha la mano del fotógrafo Marvin Salgado en un caluroso mediodía en Tegucigalpa.
Fesco, ligero de ropas. Joel Fúnez se sienta y pide un granizado de fresa. Antes de preparar un nuevo artículo, este hombre de barba rala pone a un lado su teléfono y expone su vida hasta lo más íntimo.
'Ustedes han reventado a varios con esta sección', dice al recordar la reprobación de Carlos Ordóñez, periodista deportivo, en la que él fue testigo.
Su fachada denota que es alguien enojado, pero una vez que se suelta, confirma que detrás de esa apariencia tosca se esconde alguien sencillo, amigable, pero algo temperamental...
No llega ni a los 40 años (tiene 37), pero como en el pasaporte, los sellos en su piel delatan que ha sido alguien jugado.
-¿A qué edad perdió su virginidad?
-A los 17 años ja, ja... pasó cuando tuvo que pasar. Uno nunca está preparado para eso.
-¿Ya utiliza viagra?
-Todavía no. Estamos todavía en buenas condiciones.
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Revela que tiene 16 años de casado. El fruto de ese amor es un niño de seis años. Sin embargo, desde hace unos 24 meses se separó de su esposa sin aún hacerlo legal. 'Mi hijo es lo más importante que tengo', confiesa.
'Estoy en un plan de separado, pero todavía no estoy en planes de divorcio ni nada. Pero igual, ella y yo tratamos de llevarnos bien porque tenemos un hijo', explica.
-¿Usted es creyente?
-Sí, creo en Dios. Me cuestionan porque no voy a la iglesia, pero creo en Dios.
-Cuénteme, ¿ha tenido relaciones sexuales con otra persona en ese lapso?
-Ja, ja, ja... no. Siento que todavía respeto la relación que tuve. Hasta que lo haga legal podré hacerlo. He tratado de ser fuerte.
-¿Y cómo hace para abstenerse?
-Salgo, me divago con mis amigos, juego fútbol y veo partidos.
-¿Le gusta alguien?
-Mm... fijate que no.
Su andadura en el periodismo deportivo
No lo tenía claro desde el principio: ingresó a la universidad a estudiar una ingeniería, pero en el transcurso se dio cuenta que no le gustaba. Desertó.Luego decidió tomarse un tiempo para pensar. Fue ahí en que tomó la decisión de hacerse militar. Su idea solo valió cuatro meses. Pero en ese lapso terminó de convencerse a sí mismo que lo suyo era el periodismo.
Regresó a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) para cumplir su nuevo objetivo. Y así fue: se graduó hace más de una década.
No obstante, Joel Fúnez ha incursionado en medios desde hace 15 años, cuando él a penas era un estudiante. Ha pasado por radios, televisoras, periódicos, pero, para este hombre todavía no es suficiente.
'Me gustaría tener mi propio medio, ser corresponsal de alguna agencia o establecerme como periodista en el extranjero. Todavía hacen falta cosas por lograr', dice mientras se frota las manos en la gestación de un nuevo proyecto.
Es olimpista de nacimiento, pero su trabajo apagó la llama del amor al Rey de Copas. Siempre, o casi siempre su fuente asignada fue Motagua, algo paradójico. 'En Motagua son más accesibles para las entrevistas', argumenta.