NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.- Una multitud de admiradores llenó la vía neoyorquina conocida como Canyon of Heroes el miércoles, bajo una lluvia de confeti, para vitorear a las seleccionadas de fútbol de
Estados Unidos, quienes conquistaron recién el
Mundial.
En tanto, líderes políticos, deportivos y sociales aprovecharon la ocasión para pedir equidad salarial en el deporte.
El público coreó consignas, mientras los trabajadores de una construcción cercana hacían sonar bocinas de aire al paso del desfile en el tramo de la avenida Broadway, que se ha usado desde hace años para realizar desfiles de dignatarios, excombatientes y estrellas deportivas.
Megan Rapinoe, una de las capitanas del equipo, compartió una carroza con sus compañeras, así como con el alcalde Bill de Blasio y el presidente de la Federación Estadounidense de Fútbol, Carlos Cordeiro.
Rapinoe adoptó una pose que se volvió famosa durante el Mundial, extendiendo los brazos cuando anotaba goles. Dio además sorbos a una botella de champaña que pasó después a un espectador.
La arquera Alyssa Naeher elevó el trofeo conquistado para que el público lo apreciara.
Aly Hoover, una niña de 12 años residente en Nueva Jersey, estaba en una acera. Portaba un afiche con el rostro de Alex Morgan, otra estrella de la selección.
“Sólo quiero ser como ellas”, afirmó.
Garret Prather llevó a su hijo recién nacido “para celebrar la forma en que las mujeres estadounidenses nos han enorgullecido dentro y fuera de la cancha”.
La selección se coronó por segundo Mundial consecutivo el domingo, al imponerse 2-0 sobre Holanda. Recibirá cuatro millones de dólares de parte de la FIFA por ganar el Mundial. Francia, que se coronó el año pasado en la rama de hombres, obtuvo 38 millones.
Varias jugadoras de la selección han demandado a la Federación Estadounidense por discriminación salarial y de género. El organismo dará a las futbolistas bonificaciones que son cinco veces menores de las que hubieran obtenido los hombres si hubieran conquistado la Copa del Mundo. El caso está ahora en una instancia de mediación.
Más temprano, las integrantes del equipo se unieron al gobernador demócrata de Nueva York, Andrew Cuomo, quien promulgó una ley para ampliar la equidad de género en el estado. Cuomo dijo que las futbolistas deben recibir la misma paga que sus colegas hombres.
Tras el desfile, hubo una concentración frente al palacio del ayuntamiento, donde De Blasio, también demócrata y aspirante a la presidencia, entregó a las deportistas las llaves de la ciudad.
“Nos unieron”, les dijo. “Y nos dieron muchos motivos de esperanza”.
La multitud comenzó a corear: “¡Salario igual!”. Y Cordeiro recalcó que las mujeres “merecen una paga justa y equitativa”.
“Creo que juntos podemos hacer esto”, añadió el líder de la Federación.
Durante el acto, Rapinoe destacó la diversidad que tiene esta selección: “Tenemos cabello rosado, morado, tatuajes, rastas. Hay chicas blancas, negras y todo lo que hay en medio. Chicas heterosexuales y gays”.
En tanto, líderes políticos, deportivos y sociales aprovecharon la ocasión para pedir equidad salarial en el deporte.
El público coreó consignas, mientras los trabajadores de una construcción cercana hacían sonar bocinas de aire al paso del desfile en el tramo de la avenida Broadway, que se ha usado desde hace años para realizar desfiles de dignatarios, excombatientes y estrellas deportivas.
Megan Rapinoe, una de las capitanas del equipo, compartió una carroza con sus compañeras, así como con el alcalde Bill de Blasio y el presidente de la Federación Estadounidense de Fútbol, Carlos Cordeiro.
Rapinoe adoptó una pose que se volvió famosa durante el Mundial, extendiendo los brazos cuando anotaba goles. Dio además sorbos a una botella de champaña que pasó después a un espectador.
La arquera Alyssa Naeher elevó el trofeo conquistado para que el público lo apreciara.
Aly Hoover, una niña de 12 años residente en Nueva Jersey, estaba en una acera. Portaba un afiche con el rostro de Alex Morgan, otra estrella de la selección.
“Sólo quiero ser como ellas”, afirmó.
Garret Prather llevó a su hijo recién nacido “para celebrar la forma en que las mujeres estadounidenses nos han enorgullecido dentro y fuera de la cancha”.
La selección se coronó por segundo Mundial consecutivo el domingo, al imponerse 2-0 sobre Holanda. Recibirá cuatro millones de dólares de parte de la FIFA por ganar el Mundial. Francia, que se coronó el año pasado en la rama de hombres, obtuvo 38 millones.
Varias jugadoras de la selección han demandado a la Federación Estadounidense por discriminación salarial y de género. El organismo dará a las futbolistas bonificaciones que son cinco veces menores de las que hubieran obtenido los hombres si hubieran conquistado la Copa del Mundo. El caso está ahora en una instancia de mediación.
Más temprano, las integrantes del equipo se unieron al gobernador demócrata de Nueva York, Andrew Cuomo, quien promulgó una ley para ampliar la equidad de género en el estado. Cuomo dijo que las futbolistas deben recibir la misma paga que sus colegas hombres.
Tras el desfile, hubo una concentración frente al palacio del ayuntamiento, donde De Blasio, también demócrata y aspirante a la presidencia, entregó a las deportistas las llaves de la ciudad.
“Nos unieron”, les dijo. “Y nos dieron muchos motivos de esperanza”.
La multitud comenzó a corear: “¡Salario igual!”. Y Cordeiro recalcó que las mujeres “merecen una paga justa y equitativa”.
“Creo que juntos podemos hacer esto”, añadió el líder de la Federación.
Durante el acto, Rapinoe destacó la diversidad que tiene esta selección: “Tenemos cabello rosado, morado, tatuajes, rastas. Hay chicas blancas, negras y todo lo que hay en medio. Chicas heterosexuales y gays”.
