YEDÁ, ARABIA SAUDITA.- Sólo puede quedar uno... Desde el miércoles,
Valencia, Real Madrid, Atlético y Barcelona disputan un nuevo formato de Supercopa de España en forma de 'final four', destinado a impulsar un trofeo en declive, salpicado ahora por la polémica de su celebración en Arabia Saudita.
Valencia y Real Madrid jugarán el miércoles la primera semifinal, mientras que Barcelona y Atlético de Madrid pugnarán el jueves por la otra plaza en la final del domingo en el estadio King Abdullah Sports City de Yedá, a orillas del Mar Rojo.
Por primera vez desde que se creara este trofeo en 1982, no lo jugarán el ganador de la Liga y el de la Copa del Rey, sino el campeón (Barcelona) y el subcampeón (Atlético de Madrid) del campeonato español y los finalistas de Copa (Valencia y Barcelona).
Al coincidir el Barça como finalista de Copa y campeón liguero, el Real Madrid se ganó el cuarto lugar al tener un mejor historial en la Copa del Rey que el Betis, que fue el otro semifinalista de este torneo.
La Supercopa se agranda con la participación de cuatro equipos principales de la Liga española y se mueve de agosto a enero, con jugadores ya rodados y en forma, lo que promete más espectáculo.
El cambio se complementa con su salida fuera de España, como ya hizo en su anterior edición en 2018 cuando Sevilla y Barcelona disputaron el trofeo en la ciudad marroquí de Tánger con victoria para el Barça 2-1.
La Federación Española sigue así los pasos de Francia e Italia, que ya llevan años disputando este trofeo lejos de sus fronteras.
En diciembre pasado, la Lazio ganó 3-1 a la Juventus en Riad, la capital de Arabia Saudita, mientras que el PSG ganó la Supercopa de Francia el pasado año frente al Rennes 2-1 en la ciudad china de Shenzhen.
'Al margen de los ingresos de los clubes participantes, los que recibirá la RFEF procedentes de esta competición se destinarán íntegramente a mejorar el fútbol no profesional, es decir, segunda y tercera división, fútbol femenino y también fútbol sala', recordaba la Federación en un comunicado, al anunciar el acuerdo con el país asiático.
Pero, este acuerdo también suscitó una polémica en Espa ña cuando la televisión pública española anunció que no pujaría por los derechos de retransmisión por jugarse 'en un sitio donde no se respetan los derechos humanos', en particular de las mujeres.
Varias jugadoras españolas de fútbol también criticaron la decisión, entre ellas, la jugadora de los Utah Royals estadounidense Vero Boquete que la consideró 'un error grave'.
Consciente de que podría producirse esta polémica, la RFEF aseguró que el acuerdo 'contempla el acceso sin restricciones de las mujeres a los partidos, y la puesta en marcha de una competición de fútbol femenino en Arabia'.
'Esta Copa es la Copa de la igualdad', afirmó en noviembre el presidente de la RFEF Luis Rubiales, asegurando que 'nos han pedido ayudar a transformar el país y lo vamos a hacer. Tenemos la oportunidad de cambiar cosas'.
'Todo lo que sea intentar cambiar, como dijo Rubiales, intentar que las mujeres puedan acudir a los estadios, aprovechar el deporte para unir, yo creo que es algo maravilloso y espléndido', afirmaba, por su parte, el capitán del Real Madrid, Sergio Ramos.
Valencia y Real Madrid jugarán el miércoles la primera semifinal, mientras que Barcelona y Atlético de Madrid pugnarán el jueves por la otra plaza en la final del domingo en el estadio King Abdullah Sports City de Yedá, a orillas del Mar Rojo.
Por primera vez desde que se creara este trofeo en 1982, no lo jugarán el ganador de la Liga y el de la Copa del Rey, sino el campeón (Barcelona) y el subcampeón (Atlético de Madrid) del campeonato español y los finalistas de Copa (Valencia y Barcelona).
Al coincidir el Barça como finalista de Copa y campeón liguero, el Real Madrid se ganó el cuarto lugar al tener un mejor historial en la Copa del Rey que el Betis, que fue el otro semifinalista de este torneo.
Transformarse o morir
'La Supercopa tenía dos posibilidades, dos caminos: uno era finalizar, acabar con esa competición, dos, buscar un formato atractivo que generase interés y que generase muchos más ingresos', explicaba en noviembre el presidente de la Federación Española (RFEF), Luis Rubiales, para justificar el cambio de formato.La Supercopa se agranda con la participación de cuatro equipos principales de la Liga española y se mueve de agosto a enero, con jugadores ya rodados y en forma, lo que promete más espectáculo.
El cambio se complementa con su salida fuera de España, como ya hizo en su anterior edición en 2018 cuando Sevilla y Barcelona disputaron el trofeo en la ciudad marroquí de Tánger con victoria para el Barça 2-1.
La Federación Española sigue así los pasos de Francia e Italia, que ya llevan años disputando este trofeo lejos de sus fronteras.
En diciembre pasado, la Lazio ganó 3-1 a la Juventus en Riad, la capital de Arabia Saudita, mientras que el PSG ganó la Supercopa de Francia el pasado año frente al Rennes 2-1 en la ciudad china de Shenzhen.
Polémica elección
Tras Marruecos, la Federación ha optado por llevarse la Supercopa los próximos tres años a Arabia Saudita, país, que, según la prensa española, pagaría en torno a 30 millones de euros por año por albergar esta competición.'Al margen de los ingresos de los clubes participantes, los que recibirá la RFEF procedentes de esta competición se destinarán íntegramente a mejorar el fútbol no profesional, es decir, segunda y tercera división, fútbol femenino y también fútbol sala', recordaba la Federación en un comunicado, al anunciar el acuerdo con el país asiático.
Pero, este acuerdo también suscitó una polémica en Espa ña cuando la televisión pública española anunció que no pujaría por los derechos de retransmisión por jugarse 'en un sitio donde no se respetan los derechos humanos', en particular de las mujeres.
Varias jugadoras españolas de fútbol también criticaron la decisión, entre ellas, la jugadora de los Utah Royals estadounidense Vero Boquete que la consideró 'un error grave'.
Consciente de que podría producirse esta polémica, la RFEF aseguró que el acuerdo 'contempla el acceso sin restricciones de las mujeres a los partidos, y la puesta en marcha de una competición de fútbol femenino en Arabia'.
'Esta Copa es la Copa de la igualdad', afirmó en noviembre el presidente de la RFEF Luis Rubiales, asegurando que 'nos han pedido ayudar a transformar el país y lo vamos a hacer. Tenemos la oportunidad de cambiar cosas'.
'Todo lo que sea intentar cambiar, como dijo Rubiales, intentar que las mujeres puedan acudir a los estadios, aprovechar el deporte para unir, yo creo que es algo maravilloso y espléndido', afirmaba, por su parte, el capitán del Real Madrid, Sergio Ramos.