Tegucigalpa, Honduras
“No es fácil adaptarse a Olimpia”. La frase corresponde a Marcelo Canales y tiene fecha de diciembre 21 de 2016; tres meses después, el volante que vino del Vida sigue sin ser uno de los favoritos del técnico Héctor Vargas.
“Vengo a ganarme un puesto”. Esta otra frase salió de la boca de Bryan Moya el 22 de diciembre de 2016. Tres meses después, el medio que se robó las luces durante el Apertura en el Rojo apenas jugó la Copa y uno que otro partido de Liga sin mostrar nada espectacular.
Marcelo Canales, un flaco ceibeño de 26 años, y Bryan Moya, un hijo de Cantarranas de 23 años, viven un verdadero infierno en el Rey de Copas, equipo que históricamente cuenta muchos casos que llegaron con grandes expectativas y defraudaron.
Mauricio el Güicho Fúnez, Denis Caballero, Mario Pery, Leonel Machado, Narciso el Kalusha Fernández, Johnny Calderón, Jairo Martínez y Maynor Suazo son solo algunos de los ejemplares más recordados en la era moderna.
Por algo Juan Flores expresa: “No es fácil llegar a Olimpia, no es cualquier equipo”. El legendario Matador de la delantera olimpista de los años ochenta y noventa empieza a desenredar la madeja que revuelve el presente de los dos futbolistas, que no tienen en la estadística a su mejor amigo.
Marcelo Canales solo ha disputado 264 minutos en seis partidos y apenas ante Vida y Marathón ha mostrado el rendimiento que lo llevó a Olimpia a cambio de 19.2 millones de lempiras; en tanto, Bryan Moya cuenta solamente 214 minutos en Liga y en la Copa marcó un doblete a la Juventus y mantuvo una regularidad que de todos modos no le ajustó para pellizcar un puesto en el 11 ideal del León de Formosa.
Teoría de la relatividad
Como cualquier jugador promedio, Marcelo Canales y Bryan Moya llegan en su auto al entrenamiento del club en la cancha de Café El Indio de Amarateca y dejan muy pocas pistas sobre su presente. El zurdo Canales tiene el rostro serio y el diestro Moya juega al “futvoley” rodeado de muy pocas sonrisas mientras Héctor Vargas se acerca a los medios de comunicación para contestar preguntas sobre los dos jugadores.
No falta ser experto en psicología para darse cuenta que los mediocampistas son peones de batalla del entrenador merengue para cualquier colectivo de mitad de semana. O para una emergencia que sea provocada por lesión, amonestación o llamado a la Selección. En período normal, ninguno de los dos es primera opción en el esquema del argentino.
- Profesor, a usted le trajeron a Marcelo Canales y Bryan Moya y los dos juegan muy poco. ¿Por qué?
'Yo te pregunto: ¿Cuántos puntos sumaron Marcelo Canales y Bryan Moya mientras estuvieron en el Vida? Ni siquiera los que alcanzamos nosotros en la primera vuelta. Entonces, si hablás de dos muchachos que han venido con un promedio de 19 puntos por torneo, no podés pedir que te funcionen en un club que hace 37 o 39 puntos por torneo, como lo hicimos nosotros en los últimos dos'.
Pero por ejemplo Marcelo Canales fue campeón de la Uncaf jugando a un gran nivel con Jorge Luis Pinto. ¿Esto no le dice nada?
'Lo que pasa que en la Selección Jorge Luis Pinto juega esperando atrás y mandando el pelotazo largo y ahí sí te sirve Marcelo Canales, pero en Olimpia lo ponés a presionar arriba y no te sirve porque no tiene ese trabajo o esa actitud de ir a presionar arriba. Marcelo Canales se adapta a la idea de Jorge Luis Pinto, pero no a la idea de Héctor Vargas'.
- ¿Habrá cambiado tanto el Marcelo Canales del Vida al de Olimpia?
'Es que en Olimpia no tiene muchos minutos por su manera de jugar: en Vida dan cuatro pelotas para atrás y nadie les dice nada, en Olimpia perdés una pelota para atrás y todo el mundo te empieza a insultar'
- ¿Y lo de Bryan Moya, quien empezó jugando de titular y poco a poco se fue apagando?
'Moya empezó bien, pero tuvo un error que ni yo supe: se casó antes de iniciar el campeonato, se casó un viernes y jugábamos un sábado y la relación familiar tiene que estar acorde al rendimiento del equipo al que vas'.
Si Marcelo Canales y Bryan Moya quieren cambiar la idea de Héctor Vargas, deberán reinventarse o morir en el intento. ¿Qué prefieren? Por ahora, se mueren lentamente en la agonía de cada entrenamiento y desaparecen de la lista final.