TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Como si se trataran de dos boxeadores que suben al ring con su estrategia, Olimpia y Motagua pisan el verde césped del legendario coloso capitalino para dirimir el primer pulso rumbo a la final.
A partir de las 7:00 de esta noche, el silbato de Saíd Martínez abrirá el telón en la ida de la semifinal y dará rienda suelta a uno de los duelos de mayor rivalidad en la historia del fútbol nacional.Tanto el equipo de Pablo Lavallén como el de Hernán la Tota Medina tienen suficiente dinamita para hacer explotar las gargantas en el Estadio Nacional y así encarrilar su pasaje a la pelea por el cetro.
“Motagua es un equipo sólido, ha incorporado más juego desde la llegada de Hernán Medina, con jugadores que están en un buen momento, como Iván López y Jessé Moncada; siempre la peligrosidad del juego aéreo con Maldonado y Moreira”, avisó Lavallén. Y razón tiene el adiestrador argentino de los Merengues. Precisamente una de las armas azules es el juego por arriba. Mientras el Albo solo hizo dos goles de testa, el Mimado anotó siete tantos de cabeza y cuatro de esos fueron del paraguayo Roberto.
Pero el Azul no solo gana la batalla en las alturas, sino que le saca mejor rédito a la pelota parada. Cuatro de sus dianas llegaron en jugadas provenientes de tiros de esquina y uno de tiro libre. Los Leones no saben lo que es hacer goles mediante esos dos rubros.
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Olimpia cierra mejor
“Son los favoritos, pero nosotros venimos con lo nuestro y con nuestra confianza”, avisó la Tota, quien llega con siete partidos sin perder y con la obligación de prestarle atención a los cierres de los juegos.
Motagua recibió el 75 por ciento de sus goles (12 de 16) en el segundo tiempo y hoy chocará ante un rival que tiene mejores registros en el último tramo de los combates.
Después del minuto 60, los Blancos anotaron 15 tantos y solo recibieron cuatro, mientras que su adversario marcó 13 y encajó nueve. Con Yusting Arboleda como su mejor depredador (8), los Albos presumen de ser más efectivos que Motagua (31 en 18 juegos y el rival 28 en 20) y de marcar más desde fuera del área (6-4).
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“Ellos cerraron bien el torneo con la seguidilla de victorias, pero hemos trabajado de una manera que no lo habíamos hecho y puedo decir que se ve otra cara en el equipo. Es de matar o morir; si fallas, quedas eliminado”, advirtió Edwin Rodríguez, quien con seis pases de gol es el mejor asistidor del Rey de Copas y el segundo de la Liga.
Si Olimpia llega jactándose de su hegemonía en la serie general (98 triunfos contra 59 del Azul), Motagua arriba a la llave como padre en etapas de eliminación directa (gana 8-2 en semifinales y 7-2 en finales). La número cinco rodará y con ella se desatará el derroche de la pasión.
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