TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Disparada como cohete y mirando a todos desde lo más alto, la Jaiba llega más brava que nunca a Danlí para exponerse al termómetro azul y seguir ilusionando a su pueblo lechero.
“No quiero parecer no pensante, pero sí creo que podemos dar la pelea y buscar aspirar a ser campeones en este torneo. Ser campeón está latente y lo digo con seguridad, esa es nuestra mayor aspiración”.
Sin que le tiemble la voz, el primer ciudadano del mundo jaibo, Javier Cruz, exterioriza el sueño de ese equipo que ha hecho honor a su nombre en este arranque del Clausura: tres victorias en tres fechas.
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La cuarta jornada le pone un muro llamado Motagua, ese Mimado que pescó cuatro de nueve puntos y que viene de vencer a Real España. “Será un partido de muy buen calaje y esperamos en la tarde poder estar disfrutando de los sabores de un triunfo”, avisa el presidente del líder intratable, de cara a la cita de esta tarde (3:00 PM) en el Estadio Marcelo Tinoco...
En Danlí ante Motagua, ¿es la prueba de fuego?
Todos los partidos para nosotros son prueba de fuego. Es bonito el encuentro por lo que representa Motagua. Un empate para nosotros es de mucha importancia.
El doctor Názar es un entrenador que nunca arma un equipo para jugar defensivamente.
Algunos dicen que este Motagua se ve vulnerable...
No, ustedes saben que Motagua cuando no logra objetivos durante un ciclo o torneo, en el siguiente sale mucho más fuerte. Creo que para este torneo, a propósito de la pérdida de la final de la Concacaf League y de la eliminación ante España, ellos se han fortalecido en las debilidades.
¿A qué se debe el gran presente del Jaibo?
Todo pasa por la parte mental. Creo que el doctor le ha venido a cambiar la mentalidad a los muchachos, de creérsela, de que ya no estamos en un torneo en el que solo estamos vegetando en segunda división, sino que estamos para cosas importantes.
A propósito del doctor, ¿por qué lo eligieron?
Es una persona súper humilde, muy trabajadora, comprometida, y eso lo valoramos.
En UPNFM con poco material humano pudo siempre estar en los primeros lugares y compitiendo en liguillas. Está satisfecho en La Ceiba, él se acuerda cuando venía como jugador con la Universidad. Creo que le hemos cumplido en un 90 por ciento sobre lo que pidió y los muchachos que se sumaron vienen comprometidos a marcar la diferencia.
¿En algún momento el doctor tuvo miedo de tomar el barco?
Sí. Muchos amigos lo llamaron y le dijeron que no se metiera a este equipo, para que no fuera a dañar su currículo.
Mis respetos para el doctor porque, a pesar de esas opiniones, decidió venir. Somos gente cumplidora, pagamos en tiempo y forma. Yo les digo que jugadores como Marco Tulio Vega, Allan Banegas y Harold Fonseca primero preguntaban: ‘¿Cómo es en Victoria?’, y los jugadores de acá les contestaban: ‘Acá lo que nos prometen nos cumplen’. Por eso decidieron venir.
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¿Por qué cambiaron casi medio plantel?
Fue disposición técnica. Los que salieron nos dieron pesar porque fueron parte fundamental para el ascenso, pero las empresas o instituciones no viven del corazón, sino de realidades. Ahora ellos juegan en equipos de segunda y van al estadio a apoyarnos.
Con tanto experimentado en el equipo, el presupuesto debió subir, ¿verdad?
Sí, eso es lo tremendo, nos subió casi un 45 por ciento.
Nuestro presupuesto anda como en un millón y medio de lempiras. No lo hicimos por emoción, todo está planificado. Victoria tiene saneada su parte económica hasta el final del torneo. Además, tenemos techo salarial, no pagamos más de 50 mil lempiras, ese es el pago más alto de un jugador.
¿O sea que ya tienen los salarios de todo este torneo?
Así es. Tenemos amigos en el extranjero que forman parte de este grupo de directivos y nos apoyan mes a mes. Cada una de las familias de los 12 directivos forma parte de Victoria.
En los juegos de local los que están en los portones son nuestros familiares, cuidando cada lempira que entra a la institución. Esa la diferencia con Victoria, que es un equipo de ciudad y de familia.
¿Fue difícil negociar con jugadores de experiencia?
Sí, porque vienen de equipos más fortalecidos económicamente como Olimpia, Marathón y España. Contratar un jugador de esa envergadura no es fácil. Estamos muy cerca de salvarnos del descenso, que es nuestro principal objetivo y por el que acomodamos este montón de jugadores.
¿Se vale pensar en un título o es una utopía?
Siempre vamos a estar con el objetivo de ser campeones. En junio de 2019 comencé como presidente y le dije a mis compañeros: En mi empresa he aprendido que todos los días tenemos que lograr algo, aunque sea un 0.01 por ciento, así que no seremos una empresa que va a estar en cero y vamos a estar conformes; no voy a venir a una institución que solo aspira a formar jugadores... eso no, porque a mí no me sobra el dinero.
Les dije: Nos salvamos de descender a Liga Mayor y luego buscaremos ascender a segunda. Si en dos años no logramos nada de eso, yo dejo el equipo. Eso fue en junio de 2019 y en junio de 2021 estábamos ascendiendo a primera.
Y de cara a este torneo, ¿qué se propuso?
Platicamos que llegar a primera nos costó cerca de 20 millones de lempiras.
Yo les dije: “Imagínense que en un año vamos a perder lo que invertimos, aparte de lo del torneo pasado, así que es mejor invertir cuatro o cinco millones ahorita y salvar la categoría que volver a retroceder a segunda y que otros agarren el equipo y que tal vez Victoria nunca vuelva a Liga Nacional...”
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