SAN PEDRO SULA, HONDURAS.-Muerto el Potro, vive el Real España. Como si se tratara de un interruptor que enciende la luz, la pospartida del Potro Gutiérrez prendió la esperanza para el pueblo aurinegro.
Y es que ya sin el entrenador mexicano en el banquillo y con Héctor Vargas, presente en el palco del Morazán, como virtual nuevo entrenador de los Catedráticos, la Máquina se dio un festín (4-1) en casa ante una desorientada Real Sociedad.
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Sí, ese mismo Búho que había perdido los cuatro partidos del Clausura le recetó un baile a los tocoeños ante esos escasos fieles catedráticos que vieron cómo su goleador Ramiro Rocca lideró la tarde de resurrección aurinegra.
Los tres zarpazos del argentino (18, 45 y 46), incluido un taquito de antología, resumieron una tarde feliz para los locales. Hasta el joven Miguel Carrasco (latigazo, al 40) encontró un lugar de privilegio en la fiesta. Ni el gol del joven Wisly Wood (89) empañó a un España que parece tenerle lista la pizarra al León de Formosa.