BUENOS AIRES, ARGENTINA.- River Plate venció a domicilio 2-0 a Boca Juniors el domingo en el superclásico del fútbol argentino, por la séptima fecha de la Copa de la Liga.
En una Bombonera colmada con unos 50,000 espectadores, el ‘Millonario’ se llevó un festejado triunfo con tantos del delantero venezolano Salmón Rondón a los 40 minutos, de rebote, y Enzo Díaz a los 90+5 minutos.
La derrota en el superclásico es un duro golpe para Boca de cara a la revancha contra el Palmeiras por las semifinales de la Copa Libertadores de 2023, el jueves en en Sao Paulo, tras igualar 0-0 en la ida.
River comenzó mejor, tuvo la tenencia del balón en los primeros minutos, fue más prolijo y avisó con un remate débil del venezolano Rondón, el máximo goleador histórico de la Vinotinto.
Con menos control, Boca intentó ser más dinámico y logró emparejar el desarrollo poco después de los veinte minutos. Pronto tuvo su primera oportunidad, muy clara, en una escapada de Darío Benedetto que el arquero Franco Armani controló al ganarle el mano a mano arrojándose a sus pies.
Boca logró meterse en el partido pero sólo conseguía inquietar en ataque con las apariciones de Benedetto, atento para tratar de generarse alguna ocasión pero poco acompañado por los volantes locales.
Del otro lado, River respondió con un tiro libre en forma de centro en el que Marcelo Herrera apareció por sorpresa detrás de todos y conectó solo dentro del área, pero su disparo dio en la parte externa de la red.
Hasta que a los 40 minutos llegó la apertura del marcador, en un ataque de River que pasó por varias etapas, hasta que un despeje del paraguayo Valdez quedó en los pies de Enzo Pérez, que remató y su tiro, que se iba fuera, se desvió en Rondón y descolocó a ‘Chiquito’ Romero para enmudecer a La Bombonera.
Boca, que reclamaba una infracción previa de Paulo Díaz sobre el lateroal local Weigandt en la jugada del gol, perdió el control por unos minutos y River estuvo cerca de aumentar en un gran pase de Rondón para Manu Lanzini, que enfrentó a Romero pero éste evitó la segunda caída de su valla.
Ante la baja producción de sus volantes, el DT local, Jorge Almirón, hizo tres cambios en ese sector en el entretiempo, con los ingresos de Valentín Barco, Cristian Medina y Ezequiel Fernández en busca de darle más volumen a su juego.
Esas variantes le permitieron una sustancial mejoría a Boca, que arrancó en buena forma la segunda mitad y comenzó a acercarse sobre el área de River, que a su vez empezaba a encontrar amplios espacios para el contraataque.
Valentín Barco buscó con un tiro sorpresivo que encontró bien parado a Armani, pero minutos después Rondón tuvo otra ocasión con un zurdazo desviado desde buena posición.
El partido ingresó en un tramo áspero, de poco juego, con varios cruces fuertes, tumultos y protestas que el árbitro Andrés Merlos no sancionó con rigor.
Sobre los 73 minutos Boca alcanzaba el empate, en un centro al que llegaron Cavani y el arquero Armani, el uruguayo ganó el duelo y tras un rebote en el larguero hizo una tijera y empujó el balón a la red, pero el tanto fue anulado con confirmación del VAR por una milimétrica posición adelantada del delantero charrúa.
Aquella fue la última situación favorable para el ‘Xeneize’, que de ahí en más se enredó y se desordenó colectivamente.
Con Boca descompensado, el 2-0 definitivo llegó en tiempo de descuento, en una buena jugada de Colidio por la derecha, que juntó las marcas y el balón derivó hacia Enzo Díaz, que entró por la izquierda, con tiempo y espacio para acomodarse y colocar el balón en el rincón.
Así, River encontró el alivio que necesitaba, volvió a ganar en La Bombonera después de mucho tiempo, se afirmó como candidato en la Copa de la Liga y le provocó un dolor de cabeza a su archirrival, que deberá recomponerse en poco tiempo con la semifinal de la Copa Libertadores a la vuelta de la esquina.