TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El equipo de EL HERALDO emprendió un viaje en este Día de la Madre con rumbo a la comunidad de Santa Elena, Santa Cruz de Yojoa, para reflejar la lucha de esas mujeres que hacen lo que sea por el bienestar de sus hijos.
En esta ocasión tomamos como referencia a doña Anita Hernández Reyes, progenitora de Francisco Martínez, mejor conocido como el ‘Chelito’ del Marathón, que sigue cumpliendo sus sueños y hoy es finalista del torneo Clausura 2024.
Mientras nos acercábamos al punto de llegada nos extraviamos y esa fue una buena oportunidad para saber qué tan conocido es el dorsal cinco de Marathón. “Buenos días. ¿Conoce dónde queda la casa del ‘Chelito’ Martínez, el jugador de Marathón”, le preguntamos a unos muchachos que estaban en unas mototaxis... y sin dudar nos contestaron: “Sí, claro. Suban toda la cuesta”. Al final encontramos el lugar.
Ahí ya nos esperaban doña Anita con su camisa del Marathón bien enfundada, junto a ella estaba Darinel Martínez, hermano de Francisco y asistente arbitral de la Liga Nacional, y por su puesto el resto de la familia. No puedo obviar las ricas piñas de cortesía que nos regalaron.
Al ver a la señora entró una duda: ¿usted es Marathón ahora que su hijo juega con ellos o desde antes?
“Yo soy Marathón desde hace mucho tiempo, yo escuchaba los partidos por la radio, había televisores, pero en mi casa no teníamos, entonces no me los perdía por la radio. Yo soy Marathón gane, empate o pierda”, respondió con autoridad la madre de Martínez.
La alegría para ella fue doble al conocer que el tercero de sus hijos fue fichado por el equipo de sus amores. “Me alegré mucho porque si Dios lo puso ahí es porque grandes cosas vienen para él”.
El ‘Chelito’ nació sobre un nailon
“El día que él nació fue aquí en nuestra casa humilde, antes era de madera, y en un nailon lo tuve, no le miento, hay un Dios que lo sabe, el papá agarró para el campo porque él entrenaba en las tardes”.
Y continuó: “Yo me quedé con los dolores. A los tres dolores ya tenía al cipote. Un cipotón grandote, por cierto, pesó como nueve libras y blanquito. Luego vino la partera y le cortó el ombligo, eso fue todo, porque antes uno no andaba en hospitales. A mis cinco hijos los tuve en casa”, narró la dama de 58 años.
Hernández Reyes recabó en sus recuerdos para revivir la infancia del futbolista profesional, la cual era muy sana, jugando mables con amigo y siempre con una pelota en los pies como un enamorado del fútbol.
Pero también desde sus primeros años tuvo que trabajar para ayudar en casa. El abandono de su padre hizo que mamá e hijos se unieran para sacar adelante el hogar.
Al inicio los tres varones se quedaban al cuidado de sus dos hermanas mayores, mientras mami trabajaba en los cultivos hasta altas horas de la noche (1:00 am) para llevar el sustento a casa; sin embargo, al crecer todos se involucraron para dar ese granito de arena.
“Vendíamos pastelitos de arroz, una me ayudaba a cocinarlos, la otra salía a vender con el chele, él con la gran olla en los hombros y Darinel con el bote de chile. Así salimos adelante y yo nunca anduve lamentándome”, relató la madre, que comenzó a trabajar desde los 11 años con su padre.
¿Fue bien difícil?
“Sí, fue difícil porque en ese tiempo yo me enfermé. Ya luego el sueldo no me alcanza, necesitaba medicinas, citas de hospitales y tantas cosas”.
La aguerrida Anita tuvo un golpe fuerte al corazón y por ellos debe ser asistida por un marcapasos (desde 2005), eso sí, ese no ha sido motivo para que se quede tranquila en casa. Es una mujer muy activa. “Uno no se puede quedar solo en la casa esperando. Hay que trabajar”, nos dijo cuando le aconsejamos que debía reducir sus actividades.
Las macaneadas al “Chelito”
Francisco Martínez siempre ha tenido ese comportamiento tranquilo y humilde, es por eso que de pequeño su mamá solo lo castigó tres veces y no recuerda ni porque fue.
Lo que si no olvida es que: “me lo operaron de una hernia en La Esperanza. Ese día me despacharon bien tarde del hospital y en ese tiempo no había buses, eso fue en la Esperanza y vine llegando aquí a Santa Elena como a las 11:00 p.m.”, expuso.
Y complementó: “A él no me lo operaron ese día, solo me dejaron sita, venía con gran dolor y nos tocó subir hasta donde está la casa. Pasamos el cementerio y yo con miedo porque escuchaba ruidos y creí que eran los muertos, camine niño, le decía, pero ya después cuando llegamos vi que el ruido era el zíper de la mochila de él”, recordó entre risas.
Más revelaciones de Doña Anita:
Francisco Martínez a emigrar a los Estados Unidos
“En 2021 me dijo: ‘mami yo en enero del otro año me voy a ir ‘mojado’ para Estados Unidos, aquí no estoy haciendo nada’.
Ese mismo año Dios le dio muchas cosas buenas; fue campeón con Pumas, lo llamaron a la Selección y lo contrató Marathón”.
El día que lloraron juntos
“Cuando veníamos de Las Vegas, Santa Bárbara, todos veníamos llorando en el carro. Llorábamos porque él iba a dejar al equipo donde se superó y toda la gente ahí lo quiere mucho”.
La promesa que le hizo el ‘Chelito’
“La promesa que me hizo es que dice que él llegó a ese club con la esperanza de ser campeón y tiene la certeza que en este torneo va a levantar la copa, porque la van a levantar”.
Las palabras de Manuel Keosseián a ella
“El profe Víctor Coello me ha dicho cosas muy buenas y también el profesor que se fue, Manuel Keosseián, me decía que tenía un buen muchacho y que me sintiera orgullosa de él y que si seguía así iba a llegar muy lejos”.