TEGUCIGALPA, HONDURAS.-La devastación económica que ha dejado la pandemia del covid-19 en Honduras solo se puede abordar con un plan de nación que contenga acciones acertadas y que marquen el camino hacia una recuperación, afirma el empresario y presidente del Consejo Empresarial de América Latina (CEAL), Camilo Atala, en entrevista con EL HERALDO.
Advierte sobre las consecuencias de no hacerlo por falta de voluntad y enfatiza en que politizar el manejo de la pandemia y la reactivación económica atenta contra la institucionalidad del país.
Declara que el sector privado está unido y listo para trabajar. A continuación la entrevista:
¿Cuáles considera usted que son los mayores retos que enfrenta Honduras de cara a la reactivación económica?
Para poder definir esos retos, primero debemos reconocer que antes de la pandemia ya enfrentábamos una serie de desafíos como país y que aún requieren ser abordados, tanto en términos institucionales como de carácter social, económico y de cambio climático.
En cuanto a los retos, el gobierno debe tomar acciones para la reactivación económica para Honduras con objetivos y responsables definidos, con visión de corto, mediano y largo plazo. Honduras debe tener un plan de país, con triunfos tempranos que marquen el camino hacia una recuperación económica nacional. Debe ser un proceso incluyente, en donde se integren el sector público, los empresarios, la academia y demás sectores sociales que pueden aportar a desarrollar dicho plan. Si se logra establecer ese proceso, con apertura y transparencia, podemos trazarnos metas en función de encontrar como sociedad ese balance entre salud y economía.
Una observación importante en esto de los retos, el próximo año se va a caracterizar por ser un período electoral y es muy importante que los políticos y sus organizaciones tomen conciencia, que el manejo de la pandemia y la reactivación económica y todo su entorno no pueden ser objeto de politización, independientemente de las circunstancias de cada uno. Un tema bien delicado que atenta contra la institucionalidad del país, que ya de por sí necesitamos fortalecer en gran medida.
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¿Cómo hacerle frente a la crisis y lograr un equilibrio entre la salud y la economía?
Ya hemos logrado implementar varias iniciativas que han venido a descongestionar los hospitales y a detectar de manera temprana los contagios, para evitar que la situación de los pacientes se agrave.
Me refiero a que debemos continuar apoyando las unidades de atención de los hospitales, centros de estabilización temprana o triajes y las brigadas de asistencia en los barrios y colonias, por mencionar algunos. Mantener las campañas de educación a nivel nacional en cuanto al uso de la mascarilla, lavado de manos y el distanciamiento social, entre otras, es vital. Como ya contamos con esa información de lo que funciona para reducir riesgos, debemos abrir la economía, mirando al virus no con miedo, pero sí con respeto. Con esto reducimos el incremento de las tasas de desempleo y que sigan fracasando empresas como un primer paso.
Es imperativo establecer un plan de país para la reactivación económica. Esto no es reapertura, es un proyecto que engloba la trasformación de la economía incluyendo todos los sectores productivos, inyectando dinamismo, incentivos, celeridad, innovación y, sobre todo, transformación. Es tener clara la ruta de dónde queremos llevar al país con objetivos y metas establecidas, con instrumentos de medición y avance.
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¿Qué ocurre si no hay un plan de nación?
Lo que sí puede suceder es que, al no tomar acción, la crisis se puede poner más complicada y solo aumentar las brechas de desigualdad, impedir un crecimiento económico razonable, aumentar el desempleo, la migración, la inseguridad y probablemente, una descomposición del contrato social. Nosotros en el sector privado estamos ya preparados y graníticamente unidos, con una propuesta estructurada para trasformar nuestro país. Incorporar un equipo con las mejores mentes del país para elaborar esa estrategia en fases es elemental. Hoy no se cuenta con tal estrategia en el gobierno y, reitero, que es primordial tener ese proyecto de país y ponernos a trabajar.
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¿Cómo se puede lograr la unidad de todos los sectores -gobierno, empresas y banca- para sacar adelante el país?
Hay que cambiar la mentalidad y, como primer paso, se deben anteponer los intereses de país sobre los intereses personales o particulares de un sector o individuo. Se debe establecer un diálogo profundo, incluyente y transparente, de alto nivel, encaminado a diseñar una estrategia integral para sacar al país adelante.
Este debe ser un esfuerzo solidario de todos los sectores de la sociedad hondureña. Evitar la polarización y que la agenda para recuperar nuestro país sea politizada.
Desde el sector privado ya trabajamos en el proceso de unidad y hemos propuesto al gobierno caminar en esta misma dirección con la instalación del diálogo, que incluya a los demás actores de la sociedad para lograr que todos empujemos en la misma dirección. Reitero, si todos remamos hacia el mismo rumbo, la integración de los sectores se va a dar naturalmente y podremos ver resultados alentadores más rápido.
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¿Qué acciones se deben priorizar en los ámbitos fundamentales para el desarrollo del país?
Hay que hacer a un lado las diferencias que puedan existir y ponernos a trabajar. No se necesitan más análisis o encierros. Debemos arrancar ya con una propuesta que nos oriente hacia donde debemos dirigirnos para fortalecer al país desde las perspectivas de la grande, mediana y pequeña empresa. Me parece urgente implementar medidas de alivio, que reduzcan la carga de las obligaciones a las empresas para que se puedan enfocar en reactivación y en mantener y crear empleos.
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También hacer una revisión detallada del presupuesto general de la nación para el 2021-2022, con miras a reducir o reasignar el gasto e incrementar los renglones de inversión pública y social. Se debe garantizar la seguridad alimentaria. Construir una estrategia inteligente para el manejo de la deuda pública, que mantenga la sostenibilidad y la calificación de riesgo a la vez. Internamente, hacer una modernización de la legislación tributaria por completo, racionalizando las exoneraciones fiscales y sin incrementar los tributos para no asfixiar el proceso de reactivación. De máxima prioridad el sistema educativo, reducir lo más pronto posible la deserción escolar. Dedicar la mayor cantidad de recursos a la inversión pública, así como focalizar e incrementar los programas de apoyo social, con transferencias hacia la población más vulnerable.
¿Qué hace falta para avanzar en la reactivación: recursos o voluntad?
Como lo hemos dicho en reiteradas ocasiones, es un tema de voluntad política, principalmente. Los recursos se consiguen, se trata de modificar o crear los instrumentos necesarios para facilitar el acceso a dichos recursos. Es donde el sector público y sector privado unen esfuerzos para crear los mecanismos necesarios para la reactivación. Sabemos que es complejo y por eso debemos trabajar juntos en la propuesta de país que ya mencionamos.
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Desde su cargo como presidente del CEAL-Honduras, ¿qué acciones estará promoviendo para alcanzar objetivos que procuren el bien común?
Estamos conscientes que cuando fuimos elegidos para ocupar este cargo las circunstancias fueron y son muy particulares. Tenemos muy claro nuestro compromiso y responsabilidad, en cuanto a la generación de propuestas de país para propiciar desarrollo económico. Vamos a mantener nuestra visión empresarial fundamentada en cuatro pilares en pro del desarrollo del país y su reactivación económica con la preservación de vidas humanas, que son: dinamizar el sector productivo, desarrollar el capital humano, mejorar la seguridad ciudadana y justicia; fortalecimiento institucional y mejorar la transparencia.
¿Cómo han trabajado hasta ahora por mantener la estabilidad del sistema financiero y de qué depende continuar así, incluso con lo demandante de esta crisis?
Es importante entender que el mundo entrará a una nueva normalidad desde una recesión muy profunda con mayor endeudamiento que el que teníamos anteriormente, con gran desempleo y que la enfermedad estará incidiendo por muchos años, por lo que las medidas preventivas que deben tomarse deben dejar espacio para no empeorar lo económico. Los gobiernos deben ajustar las políticas, pensar innovadoramente y generar flexibilidad para que los bancos puedan hacer más durante la pandemia, sin dejar la supervisión constante de las operaciones.
Un sistema financiero sólido es sinónimo de un país con potencial de superar la crisis. La banca jugará un rol importante durante y después de la pandemia, es necesario darle espacio para que pueda apoyar al emprendedor y a las personas que están en situación de desempleo, pero para que eso suceda, los problemas financieros no deben ser objeto de tratamientos políticos, se debe mantener una banca solvente, aprobando regulaciones más flexibles que reconozcan el momento extraordinario que vivimos, como muchos otros países en el mundo lo están haciendo.
Lo que podría ser grave es debilitar el sistema bancario y fondos de pensiones porque es de ahí que vendrán los recursos para la reactivación, pero no con medidas populistas para hoy, sino con medidas prudentes que permitan un crecimiento sostenido, equilibrado y estable.
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El Poder Ejecutivo presentó al Congreso Nacional un plan de rescate solidario, ¿qué efectos puede tener en el sistema financiero esta reforma que les prohibiría la capitalización de intereses, entre otras medidas?
La desaceleración económica en el mundo es profunda, y el impacto económico es de mayor duración que incluso la crisis que vivimos en 1998, después del huracán Mitch. Hay proyecciones de una caída de hasta del 8% del PIB en Honduras que no tiene precedentes en la historia del país.
Es necesario tomar decisiones mediante pactos políticos muy amplios, que permitan mayor control fiscal en la transición gubernamental, lograr mecanismos que le permitan solvencia al país pese a la pandemia y poder acceder a recursos frescos, es necesario evitar mayores cargas impositivas a futuro que impactarán en la población.
Es necesario fomentar el acceso al crédito para la mipyme y las personas naturales. Debemos preocuparnos por otros problemas urgentes como la pobreza y el cambio climático que debemos atender desde espacios de diálogo donde nuestros políticos deben tener la capacidad de escuchar a todos, entre ellos a sus opositores y, sobre todo, al pueblo para actuar en consecuencia con lo que se espera de ellos.