TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Pese a que persiste la pandemia del covid-19, los flujos de remesas desafían las proyecciones de inicios del año y crecen de forma inesperada en Honduras. Así lo demuestran las cifras emitidas por el Banco Central de Honduras (BCH), ya que en los primeros seis meses aumentaron en más de 40%.
En ese sentido, durante la revisión del Programa Monetario 2021-2022 las autoridades elevaron la proyección desde el 4% que estimaban en marzo a 18.7%. Esto significa que los hondureños en el exterior enviarán cerca de 1,100 millones de dólares más que en 2020, alcanzando una cifra de 6,836.2 millones (unos 162,223 millones de lempiras) para el cierre de 2021.
También esperan que continúen creciendo en 2022 para alcanzar una cifra de 7,382.9 millones de dólares, por resultados mayores a los esperados.
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Factores
El aumento en el envío de dinero se debe a las mejores perspectivas económicas para Estados Unidos de América, que es donde radica más de un millón de hondureños y de donde ingresa al país el 90% de las remesas.
La economía estadounidense se ha recuperado exitosamente después de la crisis debido al rápido avance en la vacunación y las inyecciones de alivios económicos para los hogares. Los dólares que envían los migrantes representan alrededor del 20% del Producto Interno Bruto (PIB) y se han constituido en uno de los principales sustentos de muchas familias del país.
Además, es la principal fuente de divisas del país, por encima de las exportaciones como el café, los productos de la maquila, el camarón y otros.
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La recepción de remesas familiares en Honduras se remonta a la emigración masiva de hondureños tras el paso del huracán Mitch en 1998 a falta de oportunidades de empleo.
En 1999, el primer año del que ofrece datos el organismo hondureño, las remesas fueron de alrededor de 320 millones de dólares De acuerdo con el Banco Mundial, las remesas reducen la cantidad y la gravedad de la pobreza y conducen a una mayor acumulación de capital humano; un mayor gasto en salud y educación; un mejor acceso a las tecnologías de la información y las comunicaciones y a los servicios financieros formales.
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