Durante la presentación del boletín económico de octubre de 2021, el gerente de Política Económica del Cohep, Santiago Herrera, alertó que Honduras en el puntaje de calificación del Estado de derecho bajó 2.2% en el índice de este año ubicándolo así como uno de los países con mayor debilidad institucional.
Con esta calificación, el país se sitúa en la posición 28 de 32 países en América Latina y el Caribe; y en la 126 de 139 países evaluados en el mundo. Los factores que más se deterioraron fueron: límites del poder gubernamental, respeto a los derechos fundamentales, la falta de rapidez de la justicia y la corrupción.
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Este indicador impide la atracción de nuevas inversiones para crear empresas y generar nuevos empleos que urgen en el país, donde casi el 70% de la Población Económicamente Activa (PEA) trabaja en empleos informales con bajos ingresos y el 11% está en desempleo abierto. Es decir, más de tres millones de personas en subempleo y 350,000 totalmente desempleadas.
Uno de los indicadores es que, en promedio, la Inversión Extranjera Directa (IED) era de más de 1,000 millones de dólares anuales al 2018, a partir del 2019 se redujo a cerca de 400 millones y este año 2021 se recupera a cerca de 600 millones, pero la mayor parte es reinversión de utilidades. Es decir, que no es nuevo capital. Por su lado, el director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa (CCIT), Rafael Medina, explica que el Estado de derecho “es la base para atraer inversiones, parte fundamental del clima de negocios”.
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Otros indicadores
Los analistas del Cohep destacaron que el desempeño de la producción es de 12.7% al mes de agosto por la recuperación de la capacidad de los principales rubros como manufactura, banca y comercio. Sin embargo, la agricultura registra cifras negativas con una contracción del 4.2%. Mientras, el nivel de reserva, inflación y devaluación de la moneda están dentro de las metas establecidas.Para el economista Alejandro Aronne, la economía de “arriba” es lo que está reactivándose, es decir la banca, la maquila, el comercio y telecomunicaciones. Sin embargo, los sectores como agricultura, construcción y las mipymes siguen en crisis.
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