Tegucigalpa, Honduras.- El desempeño de la economía hondureña se encuentra en línea con la meta indicativa del Programa Monetario 2024-2025. Juan Adolfo Matamoros, subgerente de Estudios Económicos del Banco Central de Honduras (BCH), sostiene que “al cierre de 2024 el crecimiento económico se mantendrá en el rango de 3.5% a 4.5%”.
Las proyecciones del funcionario fundamentan el resultado acumulado del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) a julio pasado, al registrar un aumento de 4.3%. Con esa cifra acumulada se descarta que el directorio del BCH ajuste la meta de Producto Interno Bruto (PIB), la que se mantiene entre 3.5% y 4.5%.
En 2023 el Banco Central de Honduras revisó a la baja el crecimiento económico fijado en el Programa Monetario, ajustando el rango de 3.5%-4% a 3%-3.5%, cerrando el año con un PIB de 3.6%.
De acuerdo con la última “Encuesta de Expectativas de Analistas Macroeconómicos”, que corresponde al mes de agosto de 2024, los consultados por el BCH estiman que la economía nacional crecerá 3.5%.
Los entrevistados consideran que la adopción de políticas macroeconómicas oportunas ha contribuido a mayores inversiones en proyectos de construcción privada, asimismo, destacan el crecimiento esperado de las remesas familiares y una inflación estable; aspectos que favorecen a la dinámica de la actividad económica nacional.
No obstante, señalan que fenómenos climáticos adversos podrían afectar la producción final de bienes y servicios en el país, y que la volatilidad en la economía internacional y condiciones financieras más ajustadas incidirían en los flujos de inversión que podrían alterar las proyecciones macroeconómicas.
Según Matamoros, la economía nacional ha mostrado un buen desempeño a julio pasado, impulsado por actividades como intermediación financiera, comercio, telecomunicaciones, construcción privada, electricidad y agua, hoteles y restaurantes.
Explica que la cifra de 4.3% de julio pasado del IMAE proviene de las fuentes de información primarias, o sea de las empresas, serie que reflejan la trayectoria de largo plazo como los movimientos estacionales, por ejemplo, los periodos de cosecha, así como eventos irregulares como huracanes y sequías.
