LA LIBERTAD, COMAYAGUA.- Nelson Daniel Henríquez, productor de café de tercera generación e ingeniero agroindustrial de La Sidra, Comayagua, ha enfrentado los altibajos de la caficultura en Honduras.
La finca de su familia, heredada por su padre, inicialmente brindó estabilidad económica, pero desafíos como la fluctuación de precios, la falta de apoyo técnico, plagas y enfermedades como la roya del café impactaron gravemente su sustento. Estas dificultades obligaron a la familia a vender tierras y acumular deudas, poniendo en riesgo su legado en el mundo del café.
En 2012, tras graduarse como ingeniero agroindustrial, el amor de Nelson por la caficultura lo motivó a regresar a su hogar y hacerse cargo de la finca. A pesar de los numerosos obstáculos, incluidos los efectos adversos del cambio climático, vio una oportunidad para reconstruir. Junto a su esposa, diversificó cultivos y buscó apoyo de la Cooperativa Mixta Libertad Limitada (COMILL), marcando un punto de inflexión en su camino.
La alianza entre COMILL y Agronegocios Sostenibles de USAID le ofreció capacitación técnica en prácticas agrícolas sostenibles, técnicas de cosecha, procesamiento de café, manejo de calidad, técnicas de secado y tostado de café.
Con nuevas habilidades y herramientas, Nelson mejoró la productividad de su finca, produciendo granos de alta calidad que obtuvieron mejores precios.
Reinvirtió sus ingresos en secadores solares y adoptó prácticas sostenibles como la conservación del suelo, el uso de sombra, y la reforestación, transformando su finca en un modelo de resiliencia. Estos cambios no solo aumentaron sus ingresos, sino que también ayudaron a mitigar los efectos del cambio climático.
El apoyo se extendió más allá de la finca de Nelson, beneficiando a toda la comunidad. Los programas de capacitación generaron empleo y empoderaron a pequeños productores, quienes incrementaron su competitividad y se convirtieron en agentes de cambio.
“Las alianzas que la cooperativa tiene con USAID, nos ha servido de mucho. Nos hemos capacitado, vemos nuevos horizontes, hay nueva esperanza en el rubro con los productores, y hemos entendido que tenemos que cambiar nuestra mentalidad y forma de trabajar” dijo Nelson.
Y agregó: “Hemos encontrado esperanza en el rubro del café. Ahora no solo cosechamos sino comercializamos ya que vendemos tostado”.
Hoy, Nelson sueña con expandirse al turismo del café y abrir una cafetería, demostrando que, con el apoyo adecuado, la adversidad puede convertirse en oportunidad.
Su historia inspira al sector cafetalero de Honduras y muestra cómo las alianzas estratégicas pueden generar un impacto duradero y sostenible.
Agronegocios Sostenibles de USAID, en colaboración con COMILL, está apoyando a los productores de café en todas las etapas del ciclo de producción, desde el cultivo hasta la comercialización.
Esta iniciativa es parte de una estrategia más amplia orientada a mejorar las prácticas agrícolas, para que sean más sostenibles.
El objetivo es brindar oportunidades de capacitación y asistencia técnica a los productores de café para implementar técnicas y tecnologías innovadoras que faciliten modelos de producción sostenibles y resilientes.