Todas las personas se encuentran permanentemente en proceso de negociación. El conjunto de actividades que producen la vida cotidiana está lleno de gastos, inversiones y, en gran parte, deudas.
Las deudas, en primera instancia, son consideradas malas. Sin embargo, existen las deudas positivas, al igual que las negativas.
Según la opinión de expertos, las deudas buenas son las que están orientadas a una inversión con un margen amplio de ganancias. Por ejemplo, endeudarse en un préstamo para la educación universitaria representa un amplio retorno con riesgos moderados. Lo que convierte esta misma inversión en una deuda negativa es endeudarse pagando una universidad completamente fuera del alcance de sus ingresos.
El elemento primordial para controlar las deudas es conocer y manejar adecuadamente sus ingresos y egresos. Crear un presupuesto ya sea trimestral, semestral o anual, sin duda alguna direcciona sus finanzas personales, empresariales, entre otras.
Ya con un presupuesto que identifique correctamente sus objetivos financieros, enfoquese en el pago de las deudas, ya sea que estas se encuentren en préstamos o tarjetas de crédito. Asimismo, es importante evitar efectuar de forma regular el pago mínimo en las tarjetas de crédito, ya que este hábito estancará su balance.
Los especialistas también aconsejan que si siente que se está perdiendo el control sobre sus finanzas, especialmente en el ámbito empresarial, existen diversas agencias consultoras que ayudarán a consolidar sus deudas.
Idealmente, el sector bancario acoseja que los pagos mensuales a largo plazo de sus deudas, incluyendo tarjetas de créditos e hipotecas, no deben exceder el 36% de sus ingresos brutos mensuales. Tal medida es utilizada para evaluar a prestatarios.