TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La demanda de energía en Honduras comenzó a bajar en el sistema eléctrico nacional por el inicio de las lluvias. Así lo habían advertido expertos como Salomón Ordóñez, asesor en temas energéticos del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), y Miguel Aguilar, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (STENEE).
Informes del Centro Nacional de Despacho (CND) indican que la demanda máxima vespertina es la que ha logrado bajar en los últimos días: el pasado 27 de mayo a las 12:13 del mediodía se registraron 1,949.76 megavatios y para el 3 de junio alcanzó 1,853.39 megas, con una reducción de 96.37 MW.
También ha caído la demanda mínima del día que se reporta en horas de la madrugada: el 27 de mayo a las 4:03 a.m. fue de 1,429.48 megavatios y para el 3 de junio a las 4:30 a.m. se redujo a 1,326 megas.
No obstante, la demanda máxima en horas nocturnas no ha logrado reducirse: el 27 de mayo fue de 1,750.70 megavatios a las 6:47 de la tarde y para el 3 de junio ascendió a 1,779.14 megas.
Como efecto colateral de la llegada del invierno las fallas en el sistema de transmisión y distribución se han reducido por una menor demanda de energía, ya que el mayor consumo eléctrico reportado en semanas anteriores provocaba el sobre calentamiento de las líneas y, por ende, la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) realizaba interrupciones en el servicio por varias horas.
De acuerdo con los reportes del CND, la carga no suplida por mantenimiento y fallas en las redes de transmisión-distribución alcanzó 861.28 megavatios el pasado 27 de mayo, bajando a 227.93 el lunes anterior.
Agrega que las zonas que registran mayores desconexiones del suministro eléctrico son el norte, el occidente y el atlántico, las que se realizan para cumplir con los criterios de calidad, seguridad y desempeño mínimo.
Salomón Ordóñez explica que los racionamientos de energía son de potencia cuando la demanda se acerca al umbral de 1,800 megavatios, pero con la llegada del invierno bajan las temperaturas, y por ende, el consumo eléctrico es menor.