Tegucigalpa, Honduras
En la memoria histórica de sus ciudadanos están los emblemáticos cines Clamer y Variedades. El cine Hispano y el Presidente. Los cines Maya en el bulevar Morazán; El Centenario, Belén, El Obelisco y el Roxy en Comayaguela; Alpha y Omega en la avenida La Paz, y de los cines Aries y Tauro en el centro de la capital hondureña, y del Regis, Real, Sagitario y Ópera, que incursionan en el mercado a finales de la década de los años 70.
En Tegucigalpa, el cine Clamer dejó caer el telón tras la exhibición de “Drácula”, un clásico de la industria dirigida y producida por Francis Ford Coppola. El Variedades (1914-13 septiembre de 2010) con la película “Ávatar”.
San Pedro Sula también tiene en su memoria el recuerdo de emblemáticos locales a los que acudían a disfrutar de las maravillas y últimas novedades del cine: Colombia, Hispano, Tropicana, Presidente, Géminis, Clamer, el Lux y el Roxy, son algunos de los cines que abrían sus puertas para que los amantes del cine entraran a echar a volar su imaginación.
Hoy en día, los amantes del séptimo arte siguen teniendo la oportunidad de seguir disfrutando de “la experiencia de cine, que es estar en una sala, en un cuarto enorme, oscuro, con gente desconocida, riéndose o asustándose al mismo tiempo, llorando al mismo tiempo y comiendo maiz tostado. Totalmente aislado de la realidad, y ese entretenimiento mantiene a la gente yendo a sus cines”.
Otro punto es que el producto sigue siendo altamente atractivo para el mercado, ya sean películas de acción, de amor, de terror o religión. “Sea lo que sea, el producto está muy bien hecho y es muy atractivo y envolvente, los directores actuales logran meter a la persona totalmente en la película y uno se siente que es parte de la película”, dijo José María Agurcia.
En la memoria histórica de sus ciudadanos están los emblemáticos cines Clamer y Variedades. El cine Hispano y el Presidente. Los cines Maya en el bulevar Morazán; El Centenario, Belén, El Obelisco y el Roxy en Comayaguela; Alpha y Omega en la avenida La Paz, y de los cines Aries y Tauro en el centro de la capital hondureña, y del Regis, Real, Sagitario y Ópera, que incursionan en el mercado a finales de la década de los años 70.
En Tegucigalpa, el cine Clamer dejó caer el telón tras la exhibición de “Drácula”, un clásico de la industria dirigida y producida por Francis Ford Coppola. El Variedades (1914-13 septiembre de 2010) con la película “Ávatar”.
San Pedro Sula también tiene en su memoria el recuerdo de emblemáticos locales a los que acudían a disfrutar de las maravillas y últimas novedades del cine: Colombia, Hispano, Tropicana, Presidente, Géminis, Clamer, el Lux y el Roxy, son algunos de los cines que abrían sus puertas para que los amantes del cine entraran a echar a volar su imaginación.
Hoy en día, los amantes del séptimo arte siguen teniendo la oportunidad de seguir disfrutando de “la experiencia de cine, que es estar en una sala, en un cuarto enorme, oscuro, con gente desconocida, riéndose o asustándose al mismo tiempo, llorando al mismo tiempo y comiendo maiz tostado. Totalmente aislado de la realidad, y ese entretenimiento mantiene a la gente yendo a sus cines”.
Otro punto es que el producto sigue siendo altamente atractivo para el mercado, ya sean películas de acción, de amor, de terror o religión. “Sea lo que sea, el producto está muy bien hecho y es muy atractivo y envolvente, los directores actuales logran meter a la persona totalmente en la película y uno se siente que es parte de la película”, dijo José María Agurcia.